Semana Arte Urbano en Bogotá

La fortaleza del llamado Arte Urbano consiste en su aparente relación con el hombre y la mujer de la calle. Arrastrado hasta la Galería ideologizada, esta fortaleza se vuelve debilidad. Aquello que se sospecha de los murales “contestatarios”,  diseñados para algunas calles o espacios específicos, se patentiza en el Cubo del Blanco. Pese a la destreza y  limpieza en los trazos de algunas propuestas, los espacios blancos evidencian que algo les falta: la sordidez ligera que anima cada calle del común. El alma es una entidad sórdida y el Arte Urbano nos lo hace notar con alguna frecuencia, en especial, cuando los artistas logran distancia creativa. El Arte Urbano en manos de los administradores de los espacios cool de Bogotá, pierde su autenticidad, su intensidad y su verdad: luce perdido, descolorido, decorativo, tal y como lucen algunos de los trazos que hoy se pueden apreciar en la Galería del Centro Colombo Americano y la Alianza Colombo-Francesa.
 
Imagen: Ospen, Centro Colombo Americano, centro.

La fotografía del año 2016, según World Press


Registro del asesinato del embajador ruso en Turquía, realizado por  Burhan Ozbilic, fotógrafo de AP.

En medio de tanta imagen de horror, ¿por qué se otorga esta distinción al registro de la acción demente en Ankara?

No es sorpresa. De una u otra manera, se sabe que en medio de toda la frivolidad de la cual sólo Occidente  es capaz,  se hunde el Titanic de la globalización.

Por ello mismo, desde el mismo momento en que la imagen se viralizó, los artistas comentaron ampliamente la imagen. En Colombia, el artista Carlos Eduardo Serrano es quien reflexiona con mayor perspicacia a este respecto.

Los artistas que piensan desde el cuerpo, intuyen una idea: la imagen resume la brutalidad que caracteriza a la era de los mercados globales. De manera clara, con una escalofriante pulcritud estética, que aterra y horroriza, el registro muestra aquello que inútilmente los artistas contemporáneos quieren mostrar en sus salones. Más de uno de ellos palideció porque comprendieron que la brutalidad de las acciones contemporáneas muestra la estupidez de muchos artistas que se pretenden ‘artistas políticos’.