Por: Jorge Peñuela
Fecha: marzo 19, 2017
Meta Carne, en la Boca del Lobo
El Claustro de San Agustín se abre a propuestas artísticas que piensan sus figuras en las fronteras de los temas que las coyunturas políticas o sociales agencian a través del mercado o el Estado. El viernes 17 de marzo tuvo lugar el inicio del proyecto De Lobos, plantas y otros contagios, actividad coordinada por Adrián Gómez. El Colectivo C.A.R.N.Experimento presentó la performancia Meta Carne.[1] Como su nombre lo indica, la acción desconfigura las disciplinas artísticas tradicionales y explora espacios más allá de aquellos que están codificados y puestos al servicio del poder. Precisamente, el prefijo meta anuncia un orden diferente. Los artistas transportan el cuerpo de la danza a espacios en donde se perciben huellas de los seres que hablan cuando dejan de aullar. Al parecer, para comenzar, los performancistas se plantean una pregunta: ¿dejamos de aullar? Por lo acontecido, un primer balance nos deja claro que no. Queda en evidencia que la violencia del aullido sigue reprimiendo la libertad del habla; que el instinto de manada es más fuerte que el espíritu de libertad. El Claustro Blanco San Agustín lo grita con vehemencia.
La danza contemporánea es la práctica artística que más se acerca a los intereses de otra disciplina artística tradicional como lo es las artes plásticas. En efecto, al igual que los artistas plásticos, los artistas de la danza transportan su tradición hacia los espacios vivos, hasta sentir el sentido de aquello que resta de las luchas que los cuerpos ponen en escena. Sentir el sentido, consiste en ser sensible al alma que habla en los cuerpos. Los cuerpos son cuerpos por el alma. Un cuerpo sin alma es una masa (Nancy, 2003). Actualmente, poco a poco, los artistas de la danza comienzan a pensar aquello que los artistas plásticos, desde los años sesenta del siglo pasado denominan lugares específicos. A partir de las huellas que muchos de estos espacios cubren, con sus escrituras corporizadas, los artistas cuentan verdades otras, rescatan el alma de los cuerpos, aquellos sentires que son expulsados del régimen de los Cubos Blancos, sean estos, claustros, galerías de arte, museos o teatros.
Con el concepto Meta Carne se explora otro tipo de cuerpos. El cuerpo del cual se habla en las artes es un cuerpo creado mediante acciones específicas en espacios sentidos por el habla actuante. Esta experiencia (más que un experimento) busca que los cuerpos se mimeticen con la arquitectura, con las ideas que encarna, con las verdades que en ella se ocultan. En esta mimetización acontece el azar. Al final de la acción, a modo de aprobación, el público asistente se incorpora a ella, se apropia de un gesto de los performancistas: el aullido. A manera de aplauso, al finalizar la performancia, el público aúlla, siguiendo la indicación de los artistas. El público se apropia de este trabajo artístico, tal como acontece con las obras que refrescan la pesadez de nuestra época.
C.A.R.N.Experimento se localiza al lado de la figura del Lobo, pero reclama autonomía conceptual y creativa con respecto a aquello que propone Adrián Gómez. Su puesta en escena responde al llamado, al toque de lo animal. Dejan que lo animal toque sus cuerpos, pero sin destruirlos. Los toques de lo animal deben ser modulados, atenuados para que los cuerpos puedan conversar en los espacios explorados por fuera del Régimen Blanco; si es que en verdad esto se logra, pues, la exposición de Adrián Gómez acerca del Homo Homini Lupus, rinde tributo a este dispositivo de exhibición. Gómez es un artista plástico que trabaja en las fronteras del Cubo Blanco, pero en este caso específico, da la impresión de estar atrapado en la Boca del Lobo. En Colombia, los artistas no tienen otra alternativa: deben trabajar sus ideas en la Boca del Lobo y remojarlas en su saliva ácida. Por sus mismos antecedentes coloniales, el Claustro de San Agustín es el más blanco de todos los Cubos Blancos. Más blanco que un Salón Nacional de Artistas.
Volviendo a Meta Carne, llama la atención que esta puesta en escena realizada por mujeres artistas jóvenes y prometedoras, no hace ningún énfasis en los problemas de género tan en boga en la actualidad. Su expresión es Meta Carne, se localiza más allá de estos debates, es abierta y libre porque quiere emanciparse, emancipando a otros. En efecto, sus gestos emancipan al Espectador de las ideologías que se han tomado la sensibilidad artística, como diría Jacques Rancière (2010). No buscan adoctrinar ni concientizar. Su propósito es la libertad de todas y todos. C.A.R.N.Experimento intuye que el espectador solo puede emanciparse e imaginarse mundos otros, más allá de los debates coyunturales que se apropian de la imaginación de los espectadores, oprobiando sus cuerpos, reprimiendo sus ideas de igualdad, libertad y solidaridad.
Fotografía: Raúl Vidales (tomada de la página de Facebook del Colectivo).
Bibliografía:
Nancy, Jean-Luc (2003). Corpus. Madrid: Arena Libros.
Rancière, Jacques (2010). El espectador emancipado. Buenos Aires: Manantial.
[1] C.A.R.N.Experimento es un proyecto de creación e investigación interdisciplinar en torno al cuerpo y todo lo que se refiere a su conformación físico anatómica, biomecánica, subjetiva, instintiva y animal. Performers: Susana Gómez, Dalia Velandia y Jennyfer Caro. Diseño sonoro: Efrén Aguilera. Artista audiovisual: Raúl Vidales. Realizador cinematográfico: Jorge Gómez. Fotografía: Alex Ríos y Raúl Vidales.