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El lapsus virtuoso de la Ministra de Cultura: la cultura como sedimentación del estallido social.

La Ministra de Cultura, la maestra Patricia Ariza, le resume a El Tiempo la política cultural del gobierno del presidente Gustavo Petro denominado el gobierno de El Cambio, cambio concebido para realizar la paz total, para hacerla efectiva, es decir, confiable, vinculante, fundante de una nueva relación entre mujeres y hombres, entre ciudadanías tradicionales y nuevas ciudadanías.  

La entrevista tiene dos momentos. El primero se centra en presentar nuevamente a la opinión pública los ejes de la política cultural del presidente Gustavo Petro y en explicar en qué consiste el llamado “estallido cultural”, y las prácticas a las que este último dio lugar. A este respecto, falta autoevaluación autocrítica. Hubo actividades culturales durante el pasado mes de diciembre, sin duda, y algunas de gran calidad, pero muy poca participación ciudadana, real, es decir, como fuerza transformadora. Ojalá el entusiamo por el cambio dé paso a una planeación más cuidadosa para que no se crea que el llamado “estallido cultural” se queda en los bolsillos de unos pocos. El apoyo económico recibido por los grupos de artistas vinculados  no tuvo el combustible suficiente para convertirse en “estallido”. Fue un apoyo económico dirigido a algunos grupos, por cierto un gesto muy importante como prima de navidad para las y los artistas desprotegidos.  Pero para que un  “estallido” sea en verdad transformador, fúndante de otras maneras de relacionarnos, hace falta una voluntad de sedimentación aliada con un pensar igualitarista. “El estallido cultural” no es destrucción de imaginarios: es transformación poética con muchas, muchos y muches. La ministra sabe mucho de poéticas. El Ministerio que le confiaron no. Urge pues una actualización poética de la burocracia ministerial que administra la cultura colombiana. Si la Ministra no se ocupa de esta actualización la estructura actual de Ministerio ahogará la poética territorial que la maestra Patricia Ariza reivindica como principio orientador de una sociedad justa e igualitaria.

El segundo momento de la entrevista es más interesante. Tiene mucha potencia, le podría aclarar muchas dudas a los escépticos culturales de élite como Carolina Sanín.  Es oportuno preguntarnos aquí: ¿qué entendemos en cultura por relato? ¿Cuál es la verdad de la cultura? ¿Qué verdad emerge con el giro hacia los territorios que la maestra Patricia Ariza le propone a las elites culturales y sociales de Colombia?  

La maestra Patricia cita a Jesús Martín Barbero. Referencia que este autor afirmaba que Colombia carece de un relato de nación. No explica la ministra qué quiere decir el autor, pues, sería ingenuo sostener esta tesis, sin más. Es probable que Martín Barbero haga referencia a la ausencia de un relato de nación acorde con la realidad que se vive en los territorios y no regida por la irrealidad discursiva y museográfica que se vive en los museos, galerías de arte y salas de teatro y conciertos. Un relato de nación es algo en lo que se confía, que no genera suspicacias, que gira entorno a la palabra fundadora de la poeta que relaciona, que une garantizando un separación entre todas y todos. 

Cabe preguntarnos ahora: ¿qué entendemos en cultura por relato y cuál es su verdad? Relato es mito, es principio poético que renueva la confianza en la relación fundacional. No es historiografía ni investigación en artes. La ministra da claves. Nuestras élites sociales y comerciales creen que nuestro principio, nuestro relato fundacional está en Europa. La Plaza de Bolívar de Bogotá muestra con creces este arraigo grecolatino, desarraigado del sentir en los territorios, es decir, aquellos espacios a donde el Estado no llega ni cultural ni socialmente. Este imaginario de la Atenas Suramericana, principalmente bogotano, estalla en 2020.

Desde esta perspectiva poética, mítica, el “estallido cultural” se vuelve más interesante. Se trata de tejer, de relatar nuevamente un origen que tenga en cuenta que eso que llamamos “cultura” es más lo que hacen colaborativamente muchas, y menos lo que hoy diseñan los productores de espectáculos neoliberales. Este lapsus virtuoso de la Ministra en su conversación con El Tiempo, sin duda da para hablar mucho acerca de la verdad de culturas y diversidades que hoy nos salen al encuentro como una bocanada de aire fresco. 

Fotografía: El Tiempo.

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