LA NOCHE Y LAS LUCIÉRNAGAS 5

La búsqueda incesante de la verdadera apariencia

Esencialmente, un retrato gira en torno a todos los olvidos sacando hacia adelante lo intratado e intratable del ser, aquello que según Heráclito, ama esconderse. Una y otra vez retorna sobre lo mismo, a ese más acá de la memoria, para tratar lo mal tratado o aquello que no ha sido tramitado por la insticionalidad de la historia. Todo retrato artístico se apropia de una dimensión del tiempo alterna a la constatación y la cuantificación económica. El retrato retarda para inventar en libertad, produce realidades ignotas para la igualdad. El retrato es una fiesta que re-traza el vértigo de la economía capitalista trazando un dibujo abierto a aquello que está por venir, el acontecimiento de la libertad con igualdad. Un retrato consiste en tranzar con esos olvidos esenciales, quizá este trance sea un acuerdo, un contrato mutuo, una promesa de que cuando llegue la separación algo se resguardará del olvido total. 

Los retratos de Hernando Toro revelan unas transferencias de sentido no perceptibles ni al sentir ni al ojo común, uno y otro sometidos por la multiplicidad de dispositivos estéticos que el mercado cultural despliega hoy en medio de la impotencia social. Evidencian la lucha incesante del artista por acercarse a la verdadera apariencia de nuestra época, la cual más aciaga y pobre no podría ser. Muestran con alegría serena unas viejas y renovadas vecindades entre fotógrafo y fotografiadas, entre pensamiento y metáfora, entre ser y devenir, entre sustituciones sincrónicas y desplazamientos diacrónicos, entre metáfora y metonimia, entre  artistas y ciudadanas, entre el cuerpo domesticado por el discurso economicista y la cuerpa liberada en las artes.

Hernando Toro logra liberar en sí mismo y modelar en todas sus retratadas un espacio escénico, idóneo para la producción de las subjetividades que reclama nuestra época. Sus personajes iluminados con las sombras propias que restan de las violencias impresas en los cuerpos de sus protagonistas,  hablan vehementemente de la oscuridad mediática que nos ciega, alucinan como crítica artística  a la estulticia política que nos agobia por doquier. Los diálogos vecinales que sus imágenes propician acogen metáforas intensas que irrumpen en la cotidianidad activando la imaginación social. Sus imágenes gesto atrapan la mirada desconfiada, esquiva, olvidada, violentada, que prudentemente rehuye la mirada torva de la mercancía cosificadora.

Esta iniciativa cultural y ciudadana es posible gracias a la alianza de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas con la Dirección de Diversidad Sexual de la Secretaría de Planeación de la Alcaldía Mayor de Bogotá y el Teatro Municipal Jorge Eliécer Gaitán. Tiene  el propósito de promover cambios dentro de las prácticas culturales y sociales que violentan a las personas LGBTI.