Por: Claudia Avila
Fecha: abril 29, 2011
La venta, permuta o alquiler de obra
Dentro de las dimensiones del arte contemporáneo se encuentra uno que afecta los demás fundamentalmente, cuando se habla de la propagación y difusión de los productos artísticos hablamos de la gestión, de los canales por los que se publican los materiales culturales y artísticos.
Me interesa analizar los movimientos y cambios del mercado del arte Colombiano en la década de 2000 a 2010, intentando establecer el panorama donde las propuestas de arte social y critico intentan, además de generar cambios o movimientos sociales, generar mercado para estos, pensar la motivación del arte en el sujeto, factor que hoy cohabita con la producción, una aparente relación del “espíritu del arte” y la producción de mercancía.
MARCO TEÓRICO:
En la inmediata posguerra el compromiso estuvo inevitablemente asociado al desgarro interior del sujeto y algo después el surgimiento de diversos grupos “contractuales” propugnará la renovación radical de las prácticas políticas, sociales, artísticas y vitales. Por ejemplo la internacional letrista, derivada más tarde en internacional situacionista. Sus enunciados tendrán una notable influencia en el ámbito de las artes pláticas donde surgirán propuestas como fluxus que retoman en cierto modo los dadaístas; en general propiciaran una atención preferencial hacia los contenidos al entender la obra de arte como medio de comunicación social y aunque con el auge de las abstracciones alejará de nuevo a los artistas del discurso crítico, la efervescencia ideológica, de los años sesenta , que culminará en la revolución de 1968, legitimará los “nuevos medios” que en buena medida llevan aparejados discursos sobre la realidad del presente.
Capitulo 2, Página 54. Tendencias del arte, arte de tendencias a principios del siglo XXI Juan Antonio Ramírez y Jesús Carillo (eds.) ENSAYOS ARTE CÁTEDRA
CIRCULACIÓN:
Prácticas que ponen en escena pública los procesos y proyectos del campo cultural, artístico y del patrimonio. Se incluyen las industrias culturales, los productores, agentes y todos aquellos profesionales dedicados a facilitar la relación entre la formación, la investigación y la creación, con la apropiación.
Página 48. Extracto de: Políticas culturales distritales 2004-2016 2ª edición revisada Diciembre 2005 Bogotá Colombia.
Parto desde un punto personal para hacer esta indagación, que más que tener un deseo de arrojar cifras y estimados conceptuales cerrados pretende hacer una idea sobre un comportamiento ético dentro de los movimientos en el circuito del arte local, tomando muestras y ejemplos para relacionar ideas sobre la metáfora de las obras y la metáfora del dinero.
En el dialogo diario entre estudiantes de arte surge la controversia entre el medio y el fin de la creación, entonces la dicotomía entre la introspección y la extroversión es punto de disputa, pues, para algunos, la primera, sugiere alejarse totalmente de los discursos, teorías e ideologías validantes desde la razón; los segundos, se enlazan a escritores referentes y discursos para apropiarlos y desde allí estructurar sus propuestas, estas dos formas de andar se encuentran nuevamente al final del desarrollo de la técnica y es en el momento de vender el producto – habiendo también un sector que decide no hacerlo- entonces el relacionarse con los espacios de exhibición venta y difusión pone en juego muchas de sus ideas personales sobre la sublimidad y la relevancia de la imagen en la sociedad.
Dejar en consignación un cuadro en una galería hasta esperar a que un comprador se interese y además le convine con los muebles de sus sala infiere en el artista más que combinaciones morfológicas, colorísticas y de enmarcado, acusa la necesidad de relacionar la estética académica y la belleza decorativa, siendo aspectos diferentes, imaginarios y lugares en el mundo casi contrarios, los discursos del artista deben dimensionarse disimularse relegarse plegarse y en ocasiones solaparse (paisajes desolados, Pertuz) para entrar en la oferta y generar demanda plástica, dejando lo conceptual para otro momento, otro en el que no se le castigue n lo profesional por lo espiritual.
Teniendo en cuenta que el arte se considera un producto cultural del que puede darse cuenta mediante la pieza artística resultante, reflejo de los movimientos, los desplazamientos (forzados o no) las gestas, las acciones… de las comunidades y de sus formas particulares de crear identidades, de ubicarse geográfica y temporalmente, no es en vano entonces, como artista, preocuparse por los contenidos y sobre todo, en esta ocasión, por los medios que sirven para difundir la producción artística y el modo de pensar el espectador, el medio, efectivamente, interviene en el arte que no es una cosa sino un ser presente en algunos objetos y personas.
Un aspecto a resaltar es el concepto de lo efímero de las manifestaciones artísticas, dependientes de sus cualidades matéricas e inseparablemente de las tendencias de su tiempo, por esto no es difícil encontrar en los ismos y en los movimientos una “identidad colectiva” para manifestar de ciertas formas el proceso artístico, esto también para la formación de círculos de validación, circuitos de vital importancia y dadores de trascendencia para el creador, para figurar y para permitirse comerciar la pieza artística, vender su producto en los lindes profesionales. No en todos los casos la acción creadora se mantiene limpia entre lo que a espiritualidad se refiere, es normal hallar artistas solo de moda seguidores de estilos y tendencias.
También es propicio considerar los tipos de producto artístico, cuadros al óleo, esculturas en diversos materiales, existen también posibilidades de manifestación que se basan en la materia efímera creada, como el land art o el grafitti, y otras que comprenden solo la afectación, como el performance y el happening. Entonces las técnicas mercantiles varían según la pieza artística, dándose dos variantes: objeto y/o espectáculo.
Se pude pensar en una demanda que nace con el arte mismo, ya sea una búsqueda ritual o un bienestar sensorial o incluso una gala social, el consumidor genera la demanda, podrían existir también tipos de demanda y tipos de oferta de la pieza artística, tipos de compradores, tipos de observadores, tipos de donaciones, tipos de exposiciones, tipos de escuelas y académicas, todo obedeciendo a unas políticas internas que crean diferentes círculos de validación, gestión, educación, difusión y creación.
La demanda del arte es un problema que siempre está presente en la formación y creación del artista, de esta manera se tiene una consciencia de: “lo que necesita saber y ver la gente” y lo que desea comprar y ver la gente, galeristas y museos; dos tipos de demanda que acusan los tiempos y formas de expresión propias de las artes y en muchos casos, dos caminos diferentes y aislados, aunque exagerados ejemplos, es como rotular de artistas activistas y los que figuran en los medios oficiales; o de izquierda y de derecha.
El objeto artístico que sale de las manos del creador deja inmediatamente su connotación inmatérica en brazos de las musas para convertirse en un producto a cargo del aparato del mercado (Peraza Miguel, Josu Iturbe. EL ARTE DEL MERCADO EN ARTE. Grupo editorial Miguel Ángel Porrúa. Página 21)
Si bien en la prehistoria la adquisición de lo necesario estuvo vinculada a la supervivencia, y lo ritual dependía del reparto de las presas cazadas, la oferta actual se genera según la capacidad de compra de la empresa privada y el mercado especulativo 1 las organizaciones sociales con diferentes estratificaciones en su sistema de intercambio son quienes generan, o no, las oportunidades para acceder a la cultura y las producciones de sus gestores. Este marco ayuda a ubicarnos en las dinámicas capitalistas del intercambio de pensamiento, dinámica que sectoriza y facilita la penetración de las políticas gubernamentales y mercantiles en las políticas intrínsecas del arte, es decir que, esta necesidad de venta de piezas artísticas aumenta la obligación de conseguir patrocinios y así de generar modas, tendencias, que facilitan el movimiento en círculo, a veces vicioso, en la manipulación trivial de las identidades, las costumbres y los imaginarios de una época.
1(Peraza Miguel, Iturbe Josu. EL ARTE DEL MERCADO EN ARTE. Grupo editorial Miguel Ángel Porrúa. 1998. pagina 22)
También hay que tener en cuenta que el artista busca indagar en su propio cuerpo convirtiéndolo en un espacio de creación, ya no es el artista y el lienzo o la escultura, en donde se da una relación de cercanía sino que ahora el arte está en el cuerpo del sujeto y se convierte en su campo en/de exhibición donde la idea de la obra como algo duradero se pierde, aquí lo que importa es la acción el momento, el transmitir sensaciones y emociones, un arte efímero que no sea para guardar como una reliquia sino más que eso contar y mostrar que el cuerpo es un territorio permeable que siente y vive y puede ser utilizado como objeto y como campo. Hay un aspecto importante a tener en cuenta y es la veta-herida abierta al convertir la acción del cuerpo creador lo que, en teoría, es una práctica ritual y autococentradora, en un espectáculo, es sabido que la pieza artística es la que puede ser vendida y en este caso el espectáculo brindado por el artista puede ser convertido en circo, manierismo, pantalla, la brecha está siempre esperando ser fracturada, es la reificación que amenaza con aparecer en el acto del cuerpo, en la alegoría del cuerpo desnudo sangrante lacerado mancilladlo que se presta como vehículo de evidencia, de la incomunicación del hombre con el hombre, de lo espiritual con la velocidad frenética del mundo, de el ser con la materia.
El performance como alegoría es muestra de la concentración de las ideas religiosas y de las confluencias sobre lo espiritual propias de los hechos de las sociedades, mediante la confrontación -¿podría ser panfletario?- el creador traduce en su propio cuerpo una política propia y sectaria de un grupo de individuos, un grupo, que cree en unos ideales para el futuro, tal como lo hizo el constructivismo ruso o el expresionismo abstracto, estos todos ismos, relacionados por las políticas de gobierno en surgimiento y canales también propagandísticos de modos de hacer cultura; es aquí donde me gustaría detenerme, por la importancia que siempre se le da al arte como medio de comunicación y unificación, de canal de mercado de ideales donde mediante un esteticismo delicadamente utilizado se puede convencer a una masa de actuar de cierta manera, de ser amasada.
¿Serán estas alegorías modernistas una apología del origen marcado como exótico y colonial? Recordando el seminario recientemente ofrecido en la ASAB, hay un concepto que se cruza en este tema y es la idea del recuperar la identidad – como si fuera una sola- por medio de prácticas estereotipadas de comportamiento y ritual. Solo siendo una hipótesis y un símil escueto, podría establecerse esta relación de lo trivial de lo tribal, al ver como en cada ismo tendiente a regresar a lo original, termina por repetir cánones diversos si se mira desde la perspectiva de la espiritualidad, de la no creación de pieza artística.
…Diría Jacques Rancière hay que abogar por “el espectador emancipado”. Este tipo de obras que intentan generar escándalo haciendo “participar” al espectador que no sabe que es lo que está presenciando, ya no tiene sentido hoy entrando en el siglo XXI. Esto hubiese tenido sentido en la década del setenta, en pleno apogeo del performance, pero hoy, ya no produce nada de nada sino aburrimiento y decepción. Al espectador hay que dejarlo en su lugar y no tomarlo por un imbécil. Vistazo Crítico Al Decepcionante Performance De Tania Bruguera – Ricardo Arcos-Palma. Originalmente en [esferapública]
En el arte show y de espectáculo la utilización de imágenes que referencian, como indicales de eventos o mitos supuestos de un pasado milenario, a veces rebuscado o forzado, es de resaltar que artistas contemporáneos escriben la crítica a la sociedad moderna y contemporánea desde una mirada extranjera de tiempo y espacio, las condiciones en las que la historia se narró se encuentran aisladas por barreras de espacios inalcanzables ya en el pasado, pero así mismo, se abren las lecturas que cruzan los caminos interpretativos y las acciones como dispositivos, que sí un rol cumplieron, ese fue, el de causar reflexión en quienes presencian el acto artístico.
… El arte corporal se presenta como la primera medicina para la enfermedad social puesta en evidencia por los desordenes del mayo Francés, y como la más contundente y violenta reacción contra el establishment que, conscientemente o no, es el responsable d poner el mundo al revés, – dice M. Pluchart en el manifiesto Niza- el arte corporal no tiene por qué producir belleza, sino lenguaje, un lenguaje inédito , no codificado que, rechazando la historia, el sentid la razón, sea capaz de hablar del cuerpo, aquí y ahora, con el fin de preparar también el mañana”.
Extracto: MANIFIESTO DEL ARTE CORPORAL. s importante, paralelo de las críticas que se puedan hacer, permearse de los tipos de expresión, exageradas o no que nos puedan parecer, cada una encierra un mundo de sensibilidad, de razones, de momentos, de sensaciones que son el arte vivo, la afectación, DE CONFRONTACIÓN Y AVENTURA para la transformación de la no materia y el reflejo en la masa, un arte vivo ayer y hoy mientras que hayan ojos para verle.
Una venta que se efectúa sobre el objeto que no encierra en su precio el valor que pueda abrigarle, de parte del artista el compromiso, como dice José Alejandro Restrepo, del hacerse responsable de una imagen con la firma, y del espectador comprador, el gusto por adquirir patrimonio, un movimiento en circulo que podría ser vicioso en buen sentido si el movimiento orgánico se repitiera para crecer, en tamaño y calidad, de las cosas que creamos como época para las generaciones venideras, porque puede ser y se ha visto en muchos casos, que lo único que puede hacernos eternos – si aun lo deseáramos- es que las palabras sobrevivan a las cosas.