Por: Liberatorio
Fecha: septiembre 20, 2022
La Bienal Internacional de Cali alborota el obispero del Arte Contemporáneo. Porque obispos tiene la santa madre iglesia 😉
En 2014, RCN vió en la etiqueta Arte Contemporáneo la posibilidad de utilidad privada sin transformación cultural, y patrocinó la primera y única Bienal Internacional de Arte Contemporáneo en Cartagena. Las emputadas cartageneras, Muriel Angulo, Alexa Cuesta, Presagio Flores y Helena Franco, entre otras artistas, lideraron la revuelta en contra del dispositivo estético que se tomó La Heroica por esos días.
Hoy en Cali, la Sucursal del Cielo, unos emprendedores estéticos se animan a activar las artes plásticas y visuales, las más desprotegidas en Colombia y con menor organización política, debido al predominio en ellas de una multiplicidad de egos estéticos e intereses comerciales.
La Bienal Internacional de Cali, puso una carnada, y todos picaron. Primer acierto. Nos enteramos de que las artes plásticas y visuales aún viven, ahogadas en sus propios prejuicios, pero sobreviven de sus viejos laureles.
En Cali, el Florero-carnada de Llórente fue Ámparo Grisales. La actriz fue nombrada como jurada de la Bienal Internacional de Cali, con premio en efectivo, como reclaman los artistas emprendedores. Les llueven críticas a los organizadores de la Bienal porque en el sector de las artes plásticas y visuales se cree que solo unos pocos intelectuales pueden juzgar los méritos de una propuesta visual. Segundo acierto. La Bienal evidencia el régimen de exclusión intelectual del que se nutre el llamado arte contemporáneo.
La violencia epistémica contra Ámparo Grisales es evidente. Sin duda alguna, la carnada fue tomada como una provocación, algo en lo cual la actriz es muy hábil. Hace apenas un año, se burló en un programa de Caracol, de manera cruel, de una mujer trans. La criticamos en su momento. Hoy defendemos la igualdad de inteligencia de Ámparo Grisales, como apostillaría Jacques Rancière. Defendemos su derecho a evaluar una propuesta plástica.
No defendemos la Bienal Internacional de Cali. Solo es una Feria de Arte más que, recurriendo a una hábil parodia, se atreve a proponer una actividad comercial sin los correspondientes permisos intelectuales del mundo del arte contemporáneo.
Como parodia del arte de élites, la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Cali, recurre a una genialidad publicitaria que puede ayudar a democratizar la cultura plástica en Colombia, habilidad propagandista comparable con La Banana con Cinta, de Maurizio Cattelan para Art Basel, en 2019.
Con La Linterna Cali, Gonzalo Andres Basto Restrepo
Yecid Calderon, de antemano sé que estas notas de farándula te molestan, pero te etiqueto: el arte contemporáneo también es divertido. Mejor reír que llorar 🙂