HIM: La política como fetiche

Instalación de Mauricio Cattelan en el  gueto de Varsovia.

El ya conocido niño Hitler se visualiza a través del agujero de una vieja puerta de madera, no sabemos si es  española, o es patrocinada por el periodico franquista ABC. El plato está servido. ¿Falta de sensibilidad? Por supuesto, no es muy original el concepto de la instalación, pero es necesario evidenciar que la sensibilidad política hoy sólo es expresable mediante el silencio. La sensibilidad política es un ejercicio solitario, inútil, onanista. En otras palabras, nuestra época teme la política, se volvió tabú.  Así lo intuye este artista. Urge un renacimiento de la sensibilidad política o estética, más allá de la corrección que se ha impuesto en el arte contemporáneo, urgido de aplausos, de ventas, de bienales y ferias, y de premios estatales. Espere más sobre el próximo Luis Caballero: la comunidad como fetiche en Colombia.