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Una performance mistérica, alucinante, en las entrañas de un cenote de Yucatán

La historiadora mexicana Irmgard Emmelhainz realiza un estudio cuidadoso y documentado de una performance pensada in situ mistérico por la artista coreana Haegue Yang. El encuentro afectivo, artístico, escritural y estético de la historiadora con  la artista lo propicia la incomprensión de los sexos, sus angustias, sus miedos y sus respectivas poéticas e ideologías discursivas. La poética  de Margarita Duras expuesta en El mal de la muerte: escritura y lectura, media el conflicto por la comprensión e interpretación de la verdad del sexo real.

Yang actualiza el contractualismo del sexo domesticado en la Modernidad tema en el cual está inmersa la poética de Duras. Como ocurría en los ritos y las prácticas mistéricas de Eleusis, las figuras de la poeta francesa vuelan a través de la boca de la actriz mexicana Irene Azuela, se vuelcan en las aguas de un cenote (Caverna de Agua) de Yucatán y alucinan a los espectadores inermes, globales, presos en cada uno de sus blogs de Facebook.

La imagen que nos proporciona Emmelhainz, evoca el paso de Dante por el Averno, sólo que esta vez, el poeta italiano hace presencia transfigurándose, deviniendo mujeres otras, una y otra vez,  imaginadas poéticamente o idealizadas filosóficamente. El poeta quiere alcanzar en sí mismo una mujer imaginada y fracasa en el acto.  Sólo mediante esta transpropiación poética se pueden sentir los conflictos del sexo resonando en un habla liberada de las fauces del consumo global. En medio de su desolación, Yucatán alucina y se constituye en el último lugar del mundo para sentir la poesía de las artes. Ofrecemos todas nuestras Ferias de Arte Global por un poco de alucinación eleusina, sexual, mistérica, de fin de mundo. Sólo el misterio de los sexos puede purificarnos del hastío del mercado.

Emmelhainz recuerda y estudia las tensiones vividas por Duras, en especial aquellas en las cuales hombres homosexuales quieren experimentar el sexo con sus mujeres imaginadas, pero fracasan, aunque sólo una vez, pues, no persisten en esta relación imposible.  Emmelhainz expone algunas hipótesis para comprender este fracaso, el cual es el fracaso esencial de los sexos. En general, es el fracaso de todo creador. Sólo el artista poeta evidencia este fracaso esencial. A otros y otras no les alcanza la vida para comprender esta realidad límite. Los sexos fracasan cuando se los concibe determinados por un dualismo contractual, tal y como acontece desde la Modernidad hasta nuestros días.  Ahora bien, si el hombre homosexual fracasa cuando acecha el sexo imaginado de las mujeres, los hombres heterosexuales fracasan más estruendosamente, pues, una y otra vez persiguen una mujer idealizada, persisten en la idea de que es posible tener una relación sexual con una mujer. ¿Qué es una relación? Las poetas tienen la palabra.

El documento que nos proporciona Emmelhainz acerca de esta experiencia artística, es un ejemplo de aquello en que debe consistir una escritura artística acerca del arte de hoy.  Llama la atención que Emmelhainz señale acertadamente que Haegue Yang muestra constantemente “una preocupación por la experiencia sensorial y las formas de asociación afectiva más allá de lo verbal y de lo conceptual”. En nuestra opinión, el arte de hoy se reivindica ante la opinión pública como una práctica de libertad, sólo así logra localizarse más allá de lo verbal y lo conceptual.

 

 

 

 

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