Por: Jorge Peñuela
Fecha: mayo 3, 2018
El Fantasma de la Ópera Minimalista, en el Museo de Arte, Banco de la República
El sueño de la Razón agrupa una selección de tres colecciones realizadas en los lindes de la Historia. Muestra obras de la colección Caixa de Barcelona, del Museo de Antioquia y del Banco de la República. Las colecciones tienen en común varios sentimientos. En primer lugar, una cierta nostalgia por el arte anglo-americano de los años sesenta del siglo XX. En segundo lugar, una angustia por la pérdida de un mundo del cual nunca se hizo parte. En tercer lugar, un vacío ante la pérdida de lo real contemporáneo, su sustancia ética, social y política.
A pesar de que algunas de las obras exihiben el refinamiento propio del arte formalista, es innevitable localizar la exhibición dentro del horizonte decolonial de nuestros días. El Sueño de la Razón es un elogio colonial de la sensibilidad norte-europea en su ramificación estadounidense. Trata de sustancializar en contextos sociales unas prácticas ideológicas que renegaron de ellos, como respuesta a la sensibilidad social y revolucionaria. En ningún espacio se recuerda que esta estética formal se puso en escena durante la Guerra Fría con el propósito de contrarrestar en Occidente el influjo de la estética del Realismo Socialista.
“Fantasma” es una figura que flota lúdicamente de una sala a otra. De una y otra manera, por medio de textos, de imágenes o de objetos, en toda la exposición hace presencia el fantasma del minimalismo. La exposición tiene la virtud de ayudar al visitante a comprender lúdicamente el arte actual, su sin razón, su sueño, la enajenación del formalismo. Por ello, subtitulamos la exposición bajo la siguiente figura performántica: El Fantasma de la Ópera Minimalista.
Por supuesto, este espanto que recorre el piso dos del Museo no pretende aterrorizar al visitante. ¿Qué pretende entonces? ¿No tiene algo que ver con la Segunda Guerra Fría que se lleva a cabo en nuestros días? Quizá los curadores y la mesa asesora que administra el MAMU aún no lo sepan de manera consiente. Lo real es que nuestras acciones más “racionales” y “objetivas” están condicionadas por lo más oscuro de nuestro inconsciente.
Como se recuerda, El Sueño de la Razónes el título de un grabado de Goya publicado en 1799, un regalo, un anuncio para el nuevo siglo. Una lectura crítica de la exposición muestra que el Sueño de la Razón Minimalistaproduce los monstruos que algunos críticos llaman “duchampismo”.
El Sueño de la Razónactiva los trayectoscríticos que perlaboran los artistas colombianos rahaceos a la razón instrumental, aquella que se pone al servicio de una ideología, sea esta del tinte que sea. Es una exposición qué hay que mirar, así la curaduría no aporte elementos de comprensión y juicio que enriquezcan o cuestionen la pulsión colonial en España y Colombia.