Por: Jorge Peñuela
Fecha: septiembre 30, 2017
Ejercicios de sustracción de Rodrigo Echeverri en el Museo Santa Clara de Bogotá
Con Ejercicios de Sustracción del artista Rodrigo Echeverri, comienza propiamente el IX Premio Luis Caballero. Decimos comienza, porque sólo en la crítica sobrevive el artista y su obra. El premio tiene muy poca crítica, pero mucho más que cualquier otro evento artístico nacional. Con la crítica el artista accede al sistema del arte. La propuesta de Echeverri suscita crítica, pues, tiene la pretensión de entrar en nuestros imaginarios estéticos, políticos, plásticos y sociales, y lo más importante, como todo artista, legítimamente quiere transfigurarlos. En la crítica se activa y sobrevive el pensamiento del artista.
La visitante ingresa directamente por la puerta lateral de la antigua capilla de las Clarisas, aquella que da a la carrera octava. Se encuentra en la Nave Central con unas videoinstalaciones que extraen pequeñas historias acerca de la vida de quienes padecen la minería colombiana, sus desgracias y sus avatares. Queda inquieta por el formalismo al que recurre el artista para instalar sus videos. Se pregunta acerca de la relación de estas pequeñas historias, con otras pequeñas historias de mujeres del siglo XVIII. No logra hilar nada respecto a esta relación. Refuerza su escepticismo acerca del arte contemporáneo en su modalidad “trabajo in situ”. Piensa y con suspicacia se pregunta: ¿en verdad esta exposición no es una muestra del extractivismo artístico y estético tan en moda en nuestros días?
Hasta este momento del recorrido, ni la visitante ni las clarisas hacen parte del pensamiento del artista: una y otras quedan marginadas, reducidas a espectadoras modernas, pero despojadas de los goces que ofrece el arte moderno. Se la aprecia deambular aburrida. A veces se entretiene mirando las bellas pinturas del lugar. Sospecha que el artista solo ha usado la devoción y los imaginarios de las clarisas para provecho personal. Se perturba con la idea, según la cual el artista no logra pensar los imaginarios de estas monjas ilustradas.
De pronto la visitante sale de la Nave Central e ingresa a la antigua sacristía. Se encuentra con el corredor por el cual transitaban las monjas cuando debían salir a confesarse en esta capilla colonial. El largo corredor permanece a oscuras. Habitualmente es iluminado con lámparas fijas que hacen visible alguna guía o alguna imagen. Echeverri suspende esta iluminación fija y se la entrega al visitante: lo emancipa diría Rancière. Esto es lo que hace un arte de imaginación: como Prometeo, el artista roba la imaginación a los dioses y se la entrega al vulgo, a los vulgares, a aquellos que son reprimidos como comenta con frecuencia Rafael Escallón en sus notas acerca de la champeta y los campetúos.
Mediante este gesto, de inmediato, el artista activa los imaginarios de las visitantes y se apropia de ellos. Aquéllas se sumen en la oscuridad y comienzan a jugar con las luces, a pesar de que el artista busca adoctrinarlas en una ideología específica que da réditos estéticos y económicos. Finalmente, Echeverri logra tocarlas, porque al tener la luz del entendimiento en sus propias manos lo comprenden todo. Se develan varias verdades: la de las clarisas y las de los mineros. Unas y otras sobrevivieron en túneles de amor y dolor, entretejiendo este último con el primero. Pero se muestra una verdad más fundamental: la venalidad de la época, la compraventa de emociones estéticas.
La comprensión de las visitantes se activa cuando el artista toca la imaginación de sus interlocutoras. No solamente los imaginarios de las “las olvidadas” por el artista. También la imaginación de aquellos cuerpos que en vivo se conmueven con la historia ingratamente olvidada de las clarisas. En lugar de las espermas y cirios, Echeverri recurre a linternas portátiles que la visitante usa para desplazarse a lo largo del corredor. La visitante se siente transitando por el túnel, o como una monja devota o como un minero resignado. A cada paso se encuentra con fotografías que una vez son modeladas con bisturí, el artista dispone en los nichos del corredor de sombras vivientes. La visitante siente que dispersa su luz sobre la oscuridad del arte que Echeverri castiga y enclaustra.
Hasta ahora, ninguna de las exposiciones del IX Premio Luis Caballero ha pensado las visitantes. A pesar de los olvidos del artista debidos al régimen cultural que opera en silencio en los imaginarios del arte contemporáneo, esta propuesta las toca y se las apropia. Echeverri gana la apuesta del reto de trabajar In Situ, pues, con las lámparas que entrega a las visitantes, estas se sienten a sí mismas dentro este espacio y se involucran como parte de esta propuesta crítica con la actualidad. En este momento, las visitantes lucen alegres. No se ven como el ignorante que producen algunos discursos de arte contemporáneo.
Ejercicios de sustracción recibe apoyo de la curadora María Alejandra Tapia. Los días 19, 20 y 21 de Octubre, Rodrigo Echeverri programó un Foro en el cual participarán expertos en el problema de la minería y algunos artistas que han producido imágenes a este respecto, como Chocolo, Camilo Bojaca y Eduard Moreno Sanchez y el curador Santiago Rueda. Modera Hannah Jane Ahern.
No sobra destacar que Santiago Rueda y el artista Julián Santana presentaron una propuesta para el 44SNA acerca de los estragos de la minería extractivista. Los artistas no pasaron el examen. El Estado colombiano no reconoce los efectos de la extracción como paisaje.
En este orden de ideas, Rodrigo Echeverri acierta con la invitación a los artistas, a que cuenten sus experiencias al respecto, a que elaboren en público aquello que han pensado acerca de este problema. Pensar es poner en común los problemas que configuran actualidad.
Para terminar, preguntamos: ¿qué buscan obras políticas y sociales como las de Doris Salcedo y Ana María Escallón para el Hospital San Juan de Dios de Bogotá? ¿Han aportado algo a la comprensión de los problemas que rozan? Preguntamos: entrar en las grandes colecciones de arte internacional como la del Banco de la República, ¿exige la ilustración de algunos temas de interés para las ideologías en boga?
Fotografías: cortesía Ricardo Muñoz