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Desminado en la Galería Desborde

 

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Desminado, es una Curaduría realizada a seis manos en la cual se ponen en escena mútiples preguntas respecto a la actualidad artística y que simultáneamente enuncian problemas de mucha revelancia política. Santiago Rueda, Julián Santana y Gilberto Hernández se encuentran en la Galería Desborde y piensan problemas neurálgicos de la actualidad colombiana y latinoamericana. Se presiona la lengua viva para que diga algo más de aquello que suele repetir, a saber, aquellas imposiciones del lenguaje hegemónico.

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Desminar es una actividad militar que consiste en retirar de los campos colombianos las minas quiebrapatas que acaban con la existencia de muchos colombianos. Por el riesgo que implica la localización de estas minas escondidas, la actividad de desminado requiere del despliegue de una gran tecnología y de mucho trabajo cooperativo con aquellos que sembraron las minas. Los curadores van más allá de aquello que la lengua castellana señala. Los artistas convocados abordan la idea que emerge una vez se deconstruye el verbo desminar y se amplía su sentido. Desminar también consiste en retirar las máquinas excavadoras que violentan el paisaje y el territorio colombianos. La idea de un paisaje gangrenado alerta la imaginación artística y el juicio posterior de los espectadores. Hay que ir más lejos y preguntar: ¿existen minas operando en el campo del arte colombiano? Si las hay, ¿no es esta la oportunidad de comenzar a realizar un desminado?

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La curaduría Desminado se despliega cooperativamente como una práctica investigativa en artes, es decir, como ejercicios creativos desplegados en espacios vulnerables, como prácticas críticas consigo mismos, como apuesta política y como estrategia terapéutica. Toda obra de arte es cooperativa y en el ella se despliegan y se retraen cuatro intereses. En primer lugar, se trata de un interés creativo centrado en el cuidado de sí que inquieta al artista. Todo artista se reinventa permanentemente a través de sus obras. En segundo lugar, consiste en una acción crítica en espacios reales, en aquellos lugares que conservan la propiedad de producir sentido. En tercer lugar, se presenta como esperanza de encontrarse con otros y otras que luchan por comunidades más equitativas. En cuarto lugar, consiste en el ensayo de una terapéutica para salir de los discursos que oprobian al ser en su relación con otros, otras y otres.

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Los artistas se proponen desminar sus propias creencias y crean otros espacios de sentido, más allá del significado desminar. Sin duda alguna, esta investigación cooperativa —no existe investigación sin cooperación— suscita muchas preguntas entre aquellos y aquellas espectadoras que no tienen la oportunidad de acceder a una información desideologizada acerca de los territorios en riesgo, o que no manifiestan ningún interés por aquellas violencias consentidas como lo son las violencias en contra del hombre en su alianza afectiva con el territorio, tal y como Julián Santana analiza las comunidades wajuu en su lucha pacífica en contra de los tanques de guerra que excavan y destruyen su territorio, su ser y sus personas.

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La exposición detona una pregunta directa y fulminante a la curaduría del 44 Salón Nacional de Artistas. Sin proponérselo, los artistas evidencian que el lema bucólico del próximo Salón corre el riesgo de caer en un divertimento estético más. El lema Paisaje Cultural Cafetero muestra la irrealidad en la cual se refugian los estetas colombianos, desde el mismo comienzo del arte colombiano del siglo XX. Santiago Rueda deja claro que este proyecto está en marcha desde hace un año y que no se trata de un guiño a la institucionalidad del Salón Nacional.

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En general, los artistas del proyecto  Desminado meditan acerca de aquellos paisajes en riesgo, amenazados de extinción total. Eduard Moreno es uno de los artistas que más insiste en mostrar los excesos de poder impuestos por los mineros globales. Esta condición contemporánea de existencia inquieta a artistas como Miguel Ángel Rojas, le inquieta porque su instalación sugiere la idea de hundimiento cultural, de colapso social y de caos político. Cercano a Rojas, las metáforas de Julián Santana evocan la degradación del hábitat del hombre y del paisaje cultural que le da sentido. Santana prefiere hablar de las luchas de los hombres y las mujeres por cuidar su territorio como parte de su ser. Mira la actualidad desde una figura médica colonial: la fiebre del oro. La pasión por el oro de las grandes multinacionales generan todo tipo de enfermedades. Artistas como Santana, hacen el diagnóstico de las enfermedades de su propia época y de las pestes desatadas por la invasión de las nuevas carabelas de guerra neocoloniales.

Desminado, se propone al colectivo curatorial del 44 Salón Nacional de artistas, dentro de la convocatoria relámpago a una Curaduría Nacional. Los curadores ya tienen avanzada la investigación y los adelantos alcanzados pueden explorarse aún mucho más. No será fácil la selección del ganador de esta curaduría, pero, Desminado está acorde con los lineamientos de la Convocatoria. Como paréntesis, no se puede dejar de comentar esta nueva modalidad dentro de la Convocatoria al 44 Salón: los curadores hacen una convocatoria de curadores. ¡Que otros, otras u otres, asuman la responsabilidades políticas y creativas por la premura con la cual se está realizando este Salón!

A pesar de la actual coyuntura procedimental, la idea de convocar proyectos en marcha o por realizar, es igualitaria, tal como reclama el campo del arte colombiano. La idea se puede mejorar buscando y seleccionando proyectos curatoriales ya en marcha como el proyecto actual de Desborde orientado por Rueda, Santana y Hernández: entre líneas, los artistas enseñan que  desminar a los otros es imposible sin uno mismo desminarse previamente. Por su puesto, como el proyecto artístico de Desborde hay muchos más proyectos que se deben evaluar, por ello mismo, el colectivo curatorial del Salón Nacional debe operar por lo menos con un año de anticipación. Ojalá pudiéramos conocer los pormenores de este delicado proceso de selección.

Artistas participantes en Desminado: Julián Santana, Eduard Moreno, Camilo Bojacá, Hernando Velandia, Fernando Pertuz, Chócolo, Miguel Ángel Rojas, dialogan con artistas chilenos y brasileños, cuyos territorios también son objeto de cosificación y víctimas de la sustracción violenta o corrupta de su paisaje vital.

La exposición está abierta hasta el sábado 28 de mayo de 2016.

Galería Desborde: calle 73 No. 13-43.

Fotografías: cortesía Galería Desborde.

Agradecimientos: Gilberto Hernández, Santiago Rueda y Julián Santana.

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