fbpx

Las cuitas del joven arte contemporáneo en Colombia

 

En este encerramiento mitológico tan debatido en su momento por Marta Traba, ¿cómo es posible hablar de arte contemporáneo en Colombia? La impresión que tengo es que los curadores-gestores han freído el cerebro de los artistas colombianos. No sólo eso. Como Hannibal Lecter, se lo están comiendo a trocitos. ¡Y ellos tan felices! ¡Da ternura este espectáculo aristocrático, de Salón! Muy pocas ideas se ponen en escena en los “espacios de circulación” de nuestra gallarda elite comercial, o, como plantea Pablo Batelli, se “teatralizan”. Las pocas ideas que escapan al impulso mercantil que promueven nuestros gerentes de turno, se las reconviene mediante estrategias intimidatorias, victorianas. ¡Ay de los desesperados! ¿De vosotros será el reino de los cielos? ¡Dios no lo quiera!

Los artistas colombianos se quejan. Consideran que es una arbitrariedad crítica el que se insista en hablar de arte contemporáneo en Colombia. ¡Qué diablos es eso! ¡Cómo se lo come! Tienen razón. Encerrados como estamos, cortándonos las orejas unos a otros, friendo el cerebro de nuestros artistas y sirviéndoselo a nuestros gerentes estéticos, ¿cómo es ello posible? He aquí cuando sale impetuoso nuestro lema nacional. Nadie sabe… No Responden… A nadie le importa… ¡Mientras nos sigamos lucrando de la corrupción que nuestra indiferencia genera! ¡Mientras reciba mi tajada! Mientras mantenga la certeza de que estaré en la lista de los elegibles a recibir los estímulos privatizados que graciosamente distribuye  el Distrito Capital: todo está bien. Sí, todo está bien.

Y sin embargo, algo se mueve… Decía Galileo a sus detractores. Son las ideas que nos hemos atrevido a expresar en los medios alternos de comunicación. Sí, balbuceantes, pero efectivas, como el lenguaje de los niños. Primero vino Esfera Pública, luego llegó Liberatorio. En estos espacios promovemos ideas para ponerlas no in situ, como suelen hablar mecánicamente nuestros gerentes estéticos de miradas finas, elegantes y estudiadas. Hablamos de ponerlas En Situación. Esto es lo que hemos querido articular en torno a la idea de arte contemporáneo: Estar en Situación. Ser parte del instante que arrebata la imaginación de los hombres y las mujeres.

Las marchas de los estudiantes universitarios son ejemplos de ese instante de emancipación, de revelación.  Estar en Situación: reconocer que tú y yo somos iguales porque amamos la igualdad para la libertad. Que tus miradas finas, elegantes y estudiadas te hacen diferente, pero no mejor que yo. Estar en Situación: estar al tanto de que somos seres para la mercancía. Que nuestra contemporaneidad la anunciaron algunos artistas desesperados en los años 10 y 20 del siglo XX, allá en la Vieja Europa que exultante se solazaba en su Belle EpoqueEstar en Situación: desprenderse de la bestia, de la dictadura de los gerentes. ¿Es tan difícil comprender que sólo valemos como mercancías? ¿Es tan difícil comprender esta bestia que día a día nos arranca las entrañas? Existen artistas que lo tienen comprendido a cabalidad. Pocos, pero los hay. Señor Pablo Batelli, ellos no buscan consensos. ¡No se deje hechizar por el lenguaje! Ellos son marginales. ¡Desesperados si usted quiere! Ellos van adelante con la historia de la emancipación humana. Los demás se han bajado de este flujo de pensamiento contemporáneo. Finalmente, es más cómodo. Por lo menos, más “elegante”. ¡Sí señor!

Deja un comentario

Ingresar con: