Por: Jorge Peñuela
Fecha: junio 10, 2013
Cildo Meireles: los espacios del arte que se nos niegan a los latinoamericanos
con mirar en la red de internet la programación cultural y artística de otrospaíses, paracaer en la desesperanza y dejarse arrastrar hacia los bajos fondos que nos acechan:el entretenimiento pasajero, ese goce frío y trivial que no alcanza para encender esta noche oscura que nos encandila.
En Colombia estamos bloqueados. Como muestra Antonio Caballero en Semana, estamos atascados en unos atavismos artísticos, éticos y políticos propios del medioevo, así los artistas de buena fe nos hagan creer que somos un país poshistórico, igualitario y libre; así los políticos sueñen a Colombia como Dinamarca y siendo parte de la Otan. Bajo estas condiciones de existencia, es imposible hablar de la igualdad y la libertad que reivindican algunos artistas como Cildo Meireles. Países con graves crisis económicas como España, en la actualidad tienen una amplia oferta cultural. Es el caso de la exposición de Meireles en el Museo Reina Sofía de Madrid. ¿Por qué no llega a Bogotá, o a cualquier otra ciudad colombiana, una exposición como la de Meireles, premio Velásquez 2008? ¿Por qué se nos cuida de esta manera? ¿Nos ocultan el mundo? O, como a los niños y niñas con algunas discapacidades, ¿somos ocultados del mundo? ¿Por qué las élites artísticas que administran lo bello colombiano, no han logrado superar las banalidades y venalidades de la cultura pop? El victimismo no deja pensar. En el victimismo la muerte no se deja pensar. En el victimismo todos aparecemos muertos. Sería interesante tener en Bogotá la obra de Meireles, en ella se podrían rastrear algunas de las ideas más prolíficas de algunos artistas colombianos. Sin embargo, esta exposición itinerará en Europa hasta 2014.
Las obras expuestas en Madrid evidencian dos intereses de Meireles. Por una parte, se presenta la inquietud anglosajona por el concepto en toda su pureza. Por otra parte, se encuentra la política como contexto inevitable de producción. Estos dos intereses hacen que cada una de sus acciones condensadas en obras de arte, generen muchas tensiones formales, estimulen tantas lecturas y abran tantos horizontes de creación. Es el caso de la crítica ácida que el artista realiza a las políticas de los Estados Unidos de América.
Sin duda alguna, la instalación Amerikkka es una de las obras más provocadoras de la exposición. La relación que Meireles establece entre la triple K y el llamado mundo libre, pone en aprietos a las directivas de los museos concernidos. Amerikka no es un territorio, es una manera de pensar, es un sistema de exclusión que funciona tanto en Europa como en los Estados Unidos. Se trata de 20.000 huevos de madera pintados de blanco, los cuales fueron dispuestos en el piso, dentro de una retícula rectangular. Sobre ellos, Meireles instaló otra plancha con 50.000 balas que apuntan hacia ellos.
Sin embargo, las obras que logran desprenderse de las anteojeras políticas, de las conceptuales anglosajonas o las conceptualistas del sur, son aquellas que muestran la potencia de su pensamiento. Es el caso de la instalación Murmullo del mar: una plataforma de madera mediana, una especie de muelle para acercarse al mar con el cual sueña Meireles. El mar está modelado sobre el piso de la sala con libros que tienen cubiertas de color azul.
Sin duda, la obra más poética de la exposición es Descala. En ella se expresa con mayor libertad y hace asequible a los espectadores sus esperanzas de una verdadera vida. Formalmente, se trata de un ejercicio virtuoso de deconstrucción plástica.
Fuente:
http://www.museoreinasofia.es/exposiciones/cildo-meireles