“Miro cada fotografía de Robert Mapplethorpe como si estuviera leyendo un poema.
En aquellas que he elegido, su forma de ver el mundo es reprimida con suavidad –y silencio. Son fotografías silentes. En aquel mundo particular creado por él, todo está conectado. Mapplethorpe difuminó las fronteras, fundió lo móvil y lo inmóvil. Sus flores están vivas, casi humanas, y sus cuerpos se congelan en su belleza eterna. Cada fotografía es emoción pura. En cada una de ellas, existe una perfección de la forma, la delicadeza y el misterio de la luz y la sombra. Robert Mapplethorpe, el fotógrafo poeta”.
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