fbpx

Belleza y horror: entre la Ópera y el Vodevil

La exposición en marcha  del Museo de Arte Moderno de Bogotá tiene varias virtudes y algunos desaciertos:

Virtudes:

1) El Museo recupera el liderazgo artístico de la ciudad. Es fácil, pues como Rico McPato, la Biblioteca Luis Ángel Arango duerme el sueño de los justos.

2) La ciudadanía colombiana que habita Bogotá, responde masivamente a las convocatorias en las cuales se incluyen artistas por fuera del régimen de La Belleza operática.

3) Ya no se requiere tarjeta de invitación para asistir a una inauguración. Llegamos asustados. Pensamos que no nos dejarían entrar por ir “mal vestidos”.

4) La presencia de personalidades trans entre los asistentes. Los espacios del arte deben acostumbrar su mirada a este tipo de éticas.

5) La ausencia de políticos.

6) La presencia masiva de jóvenes.

el pueblo y el abismo

 

Desaciertos:

1) Usar la colección del Museo y a los artistas emergentes como herramientas políticas. Se puede argumentar que se tratra precisamente de esto: de manipular a los artistas.

2) Desconocer que sin una dosis de horror, la belleza es la peor estupidez que un régimen puede promover.

3) Queda claro que el horror perverso está más de aquel lado bello que reivindica el Museo. Existe un horror virtuoso, aquel que emancipa, el mismo que llega con la diferencia trans. El horror que horroriza a María Elvira Ardila.

 

tres miradas

 

Deberes pendientes:

Volver al Museo y tratar de esclarecer quién es quién en cada caso, en este encuentro de arte operático y arte de horror actualizado en cada una de las diferencias expuestas con sinceridad.

Deja un comentario

Ingresar con: