fbpx

Niki de Saint Phalle, retrospectiva en el Grand Palais

Camille Morineau, la curadora de la exposición afirma que durante los años sesenta, Niki es casi tan importante como Andy Wharhol. Plenas de color y de un dinamismo sin par, la mayoría de sus obras ponen en primer plano las problemáticas que más afectan las vidas de las mujeres.

Violada por su padre a los once años, un prominente banquero,  la artista dedica toda su vida a reelaborar en sí misma la violencia del mundo volcada sobre ella. Marcada con esta experiencia, sólo logra organizarse una vez se encuentra con el mundo de las artes. Una vez la artista cuenta su historia, la crítica de arte encuentra los primeros  elementos para orientar la comprensión de gestos como las dianas de tiro al blanco y las performance con carabina:

“(…) Niki es inestable, víctima de crisis de angustia y de insomnio. En 1953, se le  diagnostica  esquizofrenia y es internada  durante seis semanas en Niza. Es después de esta crisis que resurge en su  memoria el recuerdo de la violación cometida por su padre, en el verano en que cumple  sus once años: en este momento  comprende el origen de sus de sus males. Es en estos momentos de crisis intensa que surge su vocación de artista. Niki pinta en el hospital. Primero realiza collages  con ramitas y piedras, luego pinta con materiales que le llevan sus  amigos. Pintar la apacigua y le permite controlar sus angustias, mantenerlas a distancia”.

Alrededor su obra, Niki  modela un conjunto discursivo tan célebre como su obra gráfica. He aquí algunas de las  frases célebres que se atribuyen a la artista: “La pintura al óleo, llegó a su fin, está acabada. Aquello que nos interesa ahora, es la muerte”, dice en 1961. Al final de su vida comenta: “sin el arte, habría acabado en el asilo”.  “El comunismo y el capitalismo son un fracaso. Pienso que el tiempo es propicio para configurar una nueva sociedad matriarcal: ¿usted cree que la gente continuaría muriéndose de hambre luego de que  las mujeres se involucren en la política?”

Cineasta, modelo y portada de revistas de moda importantes como Life, Vogue y Harper’s Bazar, recibe una propuesta de Robert Bresson para realizar una de sus películas. Declina la invitación y se decide por el mundo de los colores de la mejor pintura de su tiempo. Tras un periodo de acercamiento a museos, Niki finalmente deja su esposo y su casa en Nueva York, e inicia una segunda vida en Paris. Allí conoce al pintor y escultor Jean Tinguely y junto a los más sobresalientes artistas de la época, comienza su verdadera vida. Como toda artista abierta a su actualidad, recibe influencias varias, se evidencia una especial recepción en su la obra de algunas de las ideas de Antony Gaudí.

La exposición está abierta hasta el febrero de 2015.

 

http://www.lemonde.fr/culture/portfolio/2014/09/19/niki-de-saint-phalle-heroine-de-sa-propre-creation_4479008_3246_1.html

 

Deja un comentario

Ingresar con: