Por: Liberatorio
Fecha: julio 24, 2017
La inactualdidad de Avelina Lépser
La historiadora mexicana Irmgard Emmelhainz reactualiza las condiciones del arte contemporáneo y post-contemporáneo. Al recordar en su muro de Facebook hoy 24 de julio de 2017 a Avelina Lésper, despliega un pensamiento de la sospecha que nos ayuda a desenmascarar el lesperismo colombiano. Comenta Emmelhainz:
“Creo firmemente que si Avelina Lésper tuviera un M.A de Goldsmiths, el panorama de la crítica de arte en México sería muy distinto”.
La sentencia indica que aún hay mucha tela sin cortar. En efecto, SÍ: Avelina Ahí. En la luna que ilumina a los señores del Mercado. Con su luz metálica, alborotando los perros del neoliberalismo, con la intensidad que ladran los perros mediáticos que van tras las riquezas de Venezuela.
Léper no se entera que la crítica hoy no concursa en las convocatorias estatales, que no se acomoda a los protocolos que promueve la Academia del Estado neoliberal.
Lésper es ciega a la multiplicidad post-contemporánea. A sus oídos no llegan los cantos de poéticas otras que se localizan más allá de los mercados ( heterotopías). Una poética no es discurso institucional, mucho menos estético, político o sociológico: es poesía en lo real. Estos discursos no son suficientes para comprender a cabalidad aquello que se juega en la poesía de las artes.
Venalmente, Lépser ignora las luchas por la imagen de nuestra actualidad, esas micropolíticas que sacan lo real y lo académico de sus respectivos guetos.
Lésper no siente la época, ergo, no comprende la multiplicidad de espacios en donde se resguarda el pensamiento de los artistas post-contemporáneos.
Lésper solo juzga mecánicamente los centros de producción discursiva que avalan los objetos del arte contemporáneo o comercial.