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La quinta pata de la silla

El Vistazo de Ricardo Arcos evidencia no sólo el fracaso de Mockus como artista político y como político del arte.

También muestra el fracaso del arte contemporáneo como arte, como ilusión, como eperanza de un orden igualitario. Si el arte fracasa en su búsqueda de un espacio igualitario, fracasa como proyecto político. Si el arte contemporáneo acentúa las desigualdades, es un arte premoderno. En Colombia, el arte político es un fracaso. Con creces, Arcos también  diagnóstica la relación entre arte, mentira, propaganda y política de mercados, a saber, la enfermedad del arte contemporáneo colombiano. Estos cruces determinan aquello que se denomina el poder de gobernar los escombros humanitarios que reciben el nombre de Colombia. Final y felizmente, arte y política se reconcilian en la propaganda. El Mercado ofrece a los infieles contemporáneos la oportunidad de salvar sus almas. No es extraño que el arte ya no merezca el respeto de muchos artistas importantes. Se piensa que el mercado es el opio de los artistas. El arte por venir que realizan los artistas que aún realizan una resistencia activa, vuelve a la búsqueda  del arte como verdad libre de las ideologías que oprimen a hombres y mujeres.

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