Por: Don Nadie
Fecha: marzo 8, 2013
Al oído de los artistas que habitan Bogotá
7 de marzo de 2013
Comunidad Artística Local.
Compañeros:
Mesa de Espacios Autogestionados.
Directivas:
Instituto Distrital de las Artes – IDARTES.
Agotados por la acumulación de impases que evidencian la imposibilidad de regular un vínculo con el IDARTES establecido desde la administración anterior a la actual y mantenido en base a la labor e interés del grupo convocado, no gracias sino a pesar de la relación ejercida en la actualidad desde la institución, nosotros Jorge Sarmiento y Juan Bocanegra, mejor conocidos como Don Nadie, gestores del espacio artístico POLÍGONO e integrantes activos de La Mesa de Espacios Autogestionados hasta el momento de la publicación de esta carta, nos vemos en la obligación de llamar la atención de la comunidad artística local y especialmente de quienes han estado cerca a la actual administración, manifestando punto a punto nuestra inconformidad sobre ciertas situaciones que ha vulnerado el buen desarrollo de una verdadera agenda en común para esta instancia en cabeza de Cristina Lleras Figueroa como Gerente de Artes Plásticas y Visuales y el grupo conformado por los espacios artísticos: La Agencia, La Quincena, La Ramona / Espacio 101, La Redada, MIAMI y POLÍGONO.
1. Nos parece bastante desconcertante y a su vez muy delator que frente a la necesidad sentida e importancia manifiesta de una instancia como La Mesa de Espacios Autogestionados, a la luz de la profusión a nivel local de la iniciativa autónoma que hoy describe la mayor parte de las dinámicas artísticas, en un punto del proceso se haya puesto en duda la necesidad de la misma sugiriendo que en cualquier momento, según la potestad del funcionario de turno al que le corresponda tal relación, se podría simple y llanamente prescindir de este vínculo con los artistas/gestores de estos espacios. Queriendo desconocer de tal manera que ello sería una pérdida en doble vía tanto para la gestión pública, pues la apertura y mantenimiento de esta instancia es un logro administrativo, como también para el sector mismo, que ha sufrido desde tiempo atrás las consecuencias del mal manejo de los recursos públicos a puerta cerrada y el posterior desgaste en la denuncia, cuestionamiento y crítica de la labor hecha en las instituciones a cargo.
Por lo mismo, nos inquieta la idea de permanecer en la mesa condicionalmente, bajo la incertidumbre amenazante, con intención disciplinar, de una ruptura indemne. Sin poder esperar el cumplimiento de los compromisos, asumiendo que no va a haber una comunicación respetuosa o que ni siquiera se establece un orden sobre las formas básicas de operar en el caso de procedimientos tan elementales como la regularidad de las reuniones o las características y calidad de los documentos elaborados, etc. y que al contrario sea necesario adaptarse a la falta reiterada en los aspectos mínimos para considerar este vínculo como una relación profesional.
2. Así mismo es grave notar que las conclusiones, resultado de la deliberación en el marco de las reuniones, se han ignorado o reemplazado por el actuar arbitrario a nombre de la institución, poniendo en duda los objetivos supuestos y el carácter esperado de la mesa misma; espacio donde antes de opiniones particulares que responden a intereses personales, pareceres basados en la ignorancia o la imposición de prejuicios, el criterio artístico es lo primero que debería considerarse en el momento de la toma de decisiones y el emprendimiento de iniciativas.
A este respecto, nos extraña que ciertos funcionarios del IDARTES no aprovechen la coyuntura de esta confluencia de artistas/gestores como parte de un trabajo de campo necesario; haciendo insumo de su labor el conocimiento específico de los agentes del sector mismo, tratando así de evitar lo nocivo del ejercicio especulativo que sin embargo, al observar la desacertada iniciativa de la administración actual, parece su proceder habitual y legítimo.
3. Un incidente que ejemplifica lo contraproducente de tales actitudes fue un evento difundido con el engañoso titular Los Espacios Independientes se Toman la Galería Santa Fe, llevado a cabo implicando a dos espacios del grupo que cedieron a lo planteado y el resto, la mayoría, fueron convocados externos con unas características más cercanas a la dinámica de una miscelánea artesanal que a las prácticas propias de los espacios autogestionados dentro del campo de las artes plásticas contemporáneas, ellos además no fueron partícipes de la discusión inicial que puso en duda la coherencia de tal iniciativa. Sin embargo, ignorando los criterios mínimos para realizar una exposición artística, desconociendo los preceptos curatoriales, prescindiendo de algún principio de selección, ignorando el trazado de marcos conceptuales, los organizadores desestimaron los cuestionamientos hechos con anterioridad en reuniones previas por la Mesa de Espacios Autogestionados, entre los cuales también estuvieron que la inexistencia de presupuesto planteaba desde un principio condiciones indignas para los invitados. Argumentar que el carácter de autogestión de estos espacios hace que lo más consecuente sea la inversión de sus propios recursos en una espacio público, la galería del distrito, como lo expresó para este caso la propia Gerente de Artes Plásticas y Visuales delatando su falta de conocimiento, entre otros asuntos importantes, sobre los cuestionamientos actuales que argumentan la ilegitimidad de prácticas de gestión precarizantes en las que los flujos económicos no sólo no benefician a los artistas sino que su producción resulta capitalizada por los agentes administrativos. En este caso es claro que lograr exposiciones con un presupuesto de cero pesos destinado a los artistas participantes puede ser concebido como todo un logro profesional para los funcionarios implicados frente a sus superiores, de hecho lo más probable es que tal gestión sea recibida como un “ejemplo de austeridad” para el sector público, además de resultar oportuno en el marco de la necesitada programación de la hoy desdeñable Sede Temporal de la Galería Santa Fe.
4. Otro caso notable fue el accidentado proceso para trazar el Mapa de las Artes Plásticas y Visuales de Bogotá, el cual estuvo plagado de equívocos. Desde el envío inoportuno de información incorrecta, pasando por el colmo de programar fechas inexistentes en el calendario y llegando a cancelar eventos ya proyectados y difundidos por los espacios a días antes de ser realizados. De hecho lo mínimo, como los datos básicos: nombres de los espacios incluidos, direcciones, números telefónicos, páginas web, se publicaron con errores a pesar de haber sido rectificados en reiteradas ocasiones. Todo para que, al final de asumir este trámite tan irregular, se imprimiera un número de 50.000 ejemplares del mapa que no fueron distribuidos con la antelación necesaria y como era lógico la afluencia de público a este evento fue pobre y en algunos casos nula.
La dirección de este proceso fue designada a Hilda Piedrahíta Uribe, Coordinadora de Circulación y Apropiación del IDARTES, su labor se basó en el envío de mensajes inoportunos, reiterativos, incoherentes, contradictorios, entre los que se coló su propia confesión sobre el desconocimiento en el manejo del correo electrónico infiriendo que “los cursos de secretaria se los habían quedado debiendo” y asignando finalmente esta tarea a un funcionario que no tiene comunicación directa con los espacios y al que le corresponde principalmente el montaje de las exposiciones. En el caso de Hilda, para no extendernos en incidentes vergonzosos, sólo diremos que su permanencia en un cargo público para el que ella misma sabe que no es competente tiene mucho de cuestionable, en cambio le haría un gran favor al medio artístico su retiro voluntario, antes que se delate de peor manera su ineptitud, pues no son pocos los que les ha tocado tratar con ella y son conscientes del absurdo de su proceder.
5. Con el señalamiento de estas desacertadas iniciativas también queremos dejar constancia que las condiciones para convocar a hacer parte de La Mesa de Espacios Autogestionados hasta hace poco no era autonomía de sus propios integrantes. Viéndolo retrospectivamente hoy sabemos que la inclusión azarosa de personajes realmente ajenos a la práctica artística, entorpeció y atrasó los procesos de la mesa, tal irrupción es excusada únicamente por engrosar la participación (despreciada justificadamente por los verdaderos agentes del medio) en ocurrencias expositivas tan arbitrarias y deficientes como las acá mencionadas, dejando poco o nada destacable en la programación artística del distrito durante la actual administración.
Abrir las puertas de par en par a la malversación de los recursos destinados específicamente a las artes plásticas al acoger la especulación equívoca e irresponsable de desubicados y oportunistas que ingenuamente ven en estos vacíos institucionales una oportunidad de legitimar la objetualización de sus catarsis creativas y darle rienda suelta a su imaginación, tiene consecuencias directamente contrarias a lo avanzado por la vía de la dignificación de la práctica artística profesional, asumida como una política necesaria para el contexto local en administraciones pasadas.
Lo mismo va para un evento comercial subsidiado por el IDARTES como la feria de “diseño” (si es que a la réplica de objetos de moda se le puede llamar así) Festival de Roulettes: Mercadillo de diseño, arte y curiosidades Ueppa!!, en donde se cobraba a las marcas participantes entre 350.000 y 400.000 pesos por ocupar un stand, durante tres días de la primera quincena de diciembre, en la Sede Temporal de la Galería Santa Fe. Caso por revisar con detenimiento pues según tenemos entendido en el principal espacio artístico del distrito, como es lógico en otros escenarios del estado, es ilegal toda transacción comercial que beneficie a un tercero, también es improcedente su uso fuera de la exposición artística. Creemos que de hecho esto puede tener consecuencias legales para los funcionarios implicados.
6. Volviendo a la dinámica de las reuniones de la Mesa de Espacios Autogestionados, las actas como uno de los compromisos iniciales por parte del IDARTES podrían haber sido documentos importantes al dar cuenta de cómo fue recibido lo dicho en la mesa por parte de la institución y ser insumo para el desarrollo posterior de las ideas planteadas. Sin embargo, las actas entregadas con notables retrasos, hechas por Cristina Lleras, fueron incipientes, no sólo tienen graves errores de ortografía y redacción al punto de ser realmente ilegibles aun para quienes fueron partícipes de las reuniones, lo consignado poco corresponde con lo dicho y en algunos puntos contradice absolutamente lo afirmado. De tal manera en momentos decisivos del proceso se coartó la posibilidad de retomar lo dicho y adelantar tareas o documentos importantes en base a las mismas actas.
7. Justamente, creemos que no es intrascendente el compromiso del IDARTES respecto a las convocatorias de lanzar las precartillas antes de finalizar el año 2012, cumpliendose al día de hoy un retraso de más de dos meses. La impuntualidad e incumplimiento de los compromisos adquiridos no solo ha sido frente a esta instancia, también ha repercutido en el medio artístico general, aunque pocos sepan al respecto.
8. Finalmente, concluimos que en definitiva no fue posible que tal instancia se configurara como un espacio digno para la deliberación profesional y el ejercicio crítico porque tales expresiones fueron asumidas dentro del terreno de lo personal por parte de la Gerente de Artes Plásticas y Visuales, cayendo en emotividades que detonaron gestos considerados como faltas de respeto ostentando un trato impositivo y vertical.
Creemos que precisar tales señalamientos en un documento de la presente naturaleza no sería lo necesario para profesionalizar el irregular proceso que se ha llevado hasta ahora, ya que las críticas planteadas con anterioridad, de manera directa, no fueron bien recibidas y las recomendaciones necesarias tampoco fueron asimiladas, la actitud a este respecto ha sido displicente. En cuanto a lo que nos corresponde, entendimos la relación con IDARTES como parte importante de nuestra actividad, ofreciendo nuestro criterio y capacidad deliberante, invirtiendo tiempo valioso como representantes de la circulación y producción artística local. El presente documento da cuenta de nuestra preocupación e intención de aportar a su favor y al de los intereses de las prácticas artísticas contemporáneas, por lo mismo creemos necesaria la renuncia de Cristina Lleras como primera responsable de actual detrimento del IDARTES, una institución que debería ser importante para la comunidad artística local. Respaldados por nuestra propia experiencia, conociendo su ejercicio como Gerente de Artes Plásticas y Visuales, aseguramos que no somos los únicos que podemos hacer evidente que esta persona no es apta para el cargo que ostenta.
Por otra parte instamos a nuestros compañeros de La Mesa de Espacios Autogestionados, en su calidad de testigos de primera mano, a manifestarse al respecto de una manera u otra, de la forma que más les sea propia, llegando a entender que establecer una relación directa con la institución pública no se puede limitar a la simple gestión de beneficios. Evadir estos asuntos comunes sería abandonarse a sí mismos en su condición de ciudadanos que así como gozan de derechos son sujetos a deberes frente al sistema democrático y al aparato estatal con el que, para este caso, aceptaron una interlocución directa. No corramos con el infortunio de convertirnos en la nueva generación de observadores pasivos e inermes de la corrupción institucional, tampoco nos permitamos sucumbir ante la cómoda apatía y aburrimiento frente a la denuncia, cuando se hace necesaria, aunque ya la generalidad de nuestro contexto parezca asumir normalmente la mala administración de los recursos públicos bajo una dirección incompetente, como es el caso. Lo mismo, en su medida, va para el medio artístico local y otros funcionarios y exfuncionarios del IDARTES que también conocen la gestión actual.
Firman: Gestores de la iniciativa POLÍGONO, integrantes de la Mesa de Espacios Autogestionados hasta el momento de la publicación de esta carta abierta:
Jorge Sarmiento & Juan Bocanegra.