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Karl Lagerfeld: curadurías y publicidad en el arte contemporáneo

Los feminismos, el arte político, el arte gay, el arte afro, la trocha del café, Juan Valdéz, entre otros fantasmas conceptuales, son usados como dispositivos por parte de los publicistas estatales del arte contemporáneo. Son escaparates perversamente concebidos para cosificar a hombres y mujeres. Los diseños de los publicistas-curadores someten el ímpetu emancipador de los artistas feriando sus ideas como se subasta el ganado en cualquier otra feria agrícola. En las Ferias de Arte, el mejor postor tiene la palabra y el curador-publicista diseña la envoltura discursiva al gusto del cliente. La regla del arte emerge del encuentro entre el coleccionista y el publicista-curador. Arte emergente, según los publicistas-curadores, es el arte que se tranza en las Ferias de Arte. El Estado neoliberal denomina Arte Político a este Arte Emergente.

Bordeando un feminismo esencialista, Diana Aller hace una crítica del uso impune que hacen los publicistas-curadores de las ideas desplegadas por las mujeres que reclaman espacios igualitarios. Como otras ideas libertarias, en la actualidad los feminismos son dispositivos literarios para afianzar el imperio de la  mercancía global.  Dice Aller:

“Estos señores, treintañeros y cuarentañeros, (y cincuentañeros también) que en absoluto son conscientes de sus privilegios de género, crean modas, generan tendencias y se responsabilizan de ciertos movimientos intelectuales y artísticos… ¡Las mujeres como consumidoras suponen un altísimo potencial económico! ¡Demos a las mujeres un producto feminista, si es lo que demandan!”

¿No es a este tipo de señores a quienes se llaman curadores? El arte y los artistas  al servicio de todo aquello que demande la compulsión consumista.

Artículo visto en el muro de Facebook Salomé Rodríguez.

Artículo completo aquí.

 

 

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