fbpx

Los pies descalzos del arte contemporáneo

La revista Semana del 10 de noviembre de 2013, entrevista al pintorno-colombiano Oscar Murillo. Inquietapor los compartamientos del mercado local, Semana se interesapor el proyecto humanitario que el artista adelanta en Colombia con niñas educadas bajo la tutela de una comunidad de filántropos. Murillo muerde el anzuelo con el cualquier ecapurarlo el conceptualismo amanerado y reta a su destino emulando la filantropía de Shakira.

Los historiadores poshistóricos o posnacionales, pueden ayudar a comprender dos fenómenos aparentemente opuestos evidenciados en esta controversia. Por una parte, el interés del mercado del arte por Oscar Murillo, el cual lo rotula como un artista global. Por otra parte, la diatriba colombiana en contra de su poética la cual los curadores consideran posmodernista, en su modalidad retardataria.  Con mucha satisfacción, en una declaración reciente, Luís Martín Lozano elogia y aprueba la puesta en escena del dispositivo ArtBo. Bogotá luce.  Se muestra libre de pecado original, afirma el historiador. Bogotá ha sido purificada por el mercado. Bogotá es global, ha alcanzado el umbral de la felicidad. ArtBo es la Gran Vitrina, en ella no se encuentran  indicios que perturben las fluidez de los mercados y las nuevas servidumbres; las problemáticas pre-globales fueron escondidas, como se escondieron Los Miserables de Cartagena para que nuestro muy bien amado señor Obama pudiera dormir tranquilo. Esta exquisita sensibilidad mercantil de la historia global, hace comprensible la declaración de no-colombianidad de Oscar Murillo.  A pesar del desconcierto que esto puede generar en un país asolado por todo tipo de violencias e incertidumbres identitarias, en especial desmoralizado por la corrupción de su clase dirigente, Murillo está ubicado en la “tendencia” correcta, en la tendencia incorrecta del mercado que fluye dentro de los circuitos de corrupción política y económica, aquella  ruta explorada en el pasado 43 Salón (inter)nacional de artistas.

Esta querella mediática financiada por el mercado del arte colombiano, tiene una veladura que nadie ve todavía. Más que el tráfico de arte o la especulación financiera, lo que ofende a algunos curadores y galeristas colombianos es que en la actualidad un artista se atreva a  pintar en Colombia. La pintura no es el lenguaje que habla la globalización en su modalidad latinoamericanista. A este respecto, Murillo es un mal ejemplo para los artistas jóvenes colombianos. Importa poco saber si sus cuadros expresan algún tipo de ideas o abren horizontes de sentido inéditos. En la globalidad esto no tiene ninguna relevancia. Al contrario, es una mancha difícil de remover.

El artista que desatienda la tendencia correcta de los mercados es un artista degenerado. Sin embargo, esta corrección comercial tiene sus matices. La tendencia correcta marcada para Latinoamérica es el conceptualismo amanerado, animado por filántropos transnacionales como Alfredo Jaar y Luis Camnitzer. Localizado en esta coyuntura, Oscar Murillo puede decir sin que tenga que ruborizarse, que hace lo correcto. La incertidumbre es una caracteristica de la contemporaneidad. Él es un artista global, es un artista no-colombiano que nació en La Paila, pinta en Londres y hace obras de  caridad en Bogotá. Finalmente, dentro de la globalización, las ideas en arte es lo de menos. Lo de más, es el mercado y sus utilidades. Murillo está inmerso dentro de otras lógicas, las lógicas consumistas de bienes suntuarios. Está dentro de una de las tendencias correctas del mercado, aquella señalada para los artistas que abjuran de la historia de la emancipación y de su oprobiosa nacionalidad. Ahora bien, dentro  de un país que se vanagloria de presentar la exclusión política como vanguardia estética, ¿quién puede culpar a Murillo por el gesto contestatario de optar por la no-colombianidad? ¿No es aquello que muchos de sus críticos quisieran hacer? ¿Quién puede lanzarle la primera piedra? ¡Los curadores del conceptualismo amanerado! ¿No es este el dispositivo puesto en marcha recientemente por el Ministerio de Cultura para internacionalizar el arte colombiano?

Deja un comentario

Ingresar con: