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19-A. El milenario saber solitario de Melancolía

Ruedas Sueltas, ensayo de una noche confinada. Ruedas sueltas somos muchas, así nos hagan creer que solo somos unas pocas. 

Siempre vestida de bodas que nunca se realizan, la artista presiente el toque del final de los tiempos, de los discursos en conflicto, de las ideologías que destruyen a los humanos disponiéndolos para el consumo de ideas de servidumbre en lustrosas estanterías de Feria de Arte.

Huérfana de madre, la artista liberada, desujetada, suelta, atisba en sí misma aquello que siempre escapa a la mirada de control total, siempre asechante. Libre sale al encuentro de melancolía, resto de ser en movimiento. Toda artista tiene vocación planetaria, vagabunda. Orfeo no le disputa a nadie su vitrina.

Más acaá en dónde el todo se desvanece, la artista sobrevive en la experiencia melancolía. Aunque sufre en carne viva su orfanato, sus flaquezas son la fuerza imprescindible para sobrevivir el toque de la palabra infinita. Aprende el arte de habitar melancolías porque comprende todo aquello que se le sustrae y acontece como ausencias. 

Como rueda suelta, sin señor, dueño ni partido, la artista se embarga en melancolía para leer las señales que las máquinas tragamonedas no alcanzan a interpretar porque ni siquiera las pueden detectar. Su lectura es escritura abierta que anuncia cambios en la superficie de la piel herida de muerte. 

La serenidad propia de melancolía, habilita a la artista para que invente el refugio final, el del otro comienzo sin fin, allí en donde la mirada de la medusa no alcanza a llegar. En medio del grito de caos, da confianza a quien desconfía permanente de ella: la ideología impotente que la juzga como Rueda Suelta, negándola. Al producir mundo, la rueda rueda en cuanto se suelta. 

La artista es inmune al dolor que el fin de los tiempos infringe. Melancolía inmuniza, protege de la orfandad social. Siempre prometida a lo insondable, resistiendo las asechansas del homo avasallador. 

A propósito de Melancholia (2011), una película de Lars von Trier, una Rueda Suelta. 

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