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Tate Britain celebra los anacronismos de William Blake (1757—1827): inauguración 11 de septiembre

Asediado por todo tipo de afugias terrenales y angelidades celestiales, Blake es contemporáneo de las grandes revoluciones políticas del siglo XVIII, aquellas que desvían o retardan las revoluciones del siglo XX. 

William Blake, Newton.


Con respecto a la estética en boga (el barroco), Blake es un dibujante en retardo, fantasmagórico, filosófico, poético. Sus dibujos ingenuos son ejemplo de resistencia a las tiranías de los estatutos que rigen  las artes y oprimen la imaginación. Potentemente pedagógicos, son una crítica al arte estatal promovido y dirigido desde la Academia Real por Joshua Reynolds. 

William Blake, El fantasma de una pulga.


Sólo el dibujo habla. Blake detesta a Rubens. Capta la vida cotidiana y la matiza con una teología muy cercana a las ideas generales que le critica a Reynolds. Rechaza las estéticas barrocas en moda por su aspecto inacabado, y sospecho, por el prejuicio según el cual el color distrae al pensar. Sin embargo, mediante un juego virtuoso de anacronismos medievales y renacentistas, logra llamar la atención de nuestros días. La sensibilidad gótica no es un pasado. 


Según Blake, «La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma». Si tienes imaginación logras no solo resistir a los totalitarios de moda. Principalmente, logras existir, sobrevivir. Esta es la lección de Blake que logra sobrevivir en nuestros días asolados por todo tipo de micrototalitarismos.

Fotografías: Lucy Dawkins/Tate Britain

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