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Arte=Fútbol=Vida, en Espacio Blanco

Henry Güiza reconceptualiza un espacio  artístico localizado en el corazón de Bogotá, en una cuadra del barrio histórico La Candelaria, allí en donde el comercio ofrece joyería de diverso orden a los turistas. Es un artista joven que ha realizado varios proyectos bajo las premisas del arte relacional. Sin embargo, el artista no tiene la pretensión europeizante de relacionar aquello que no se deja desrelacionar porque está fiera y traumáticamente relacionado. En Colombia, esta condición de hierro se pone en evidencia el 17-J.
En esta ocasión, Güiza asume funciones curatoriales, es decir, diseña la condiciones conceptuales,  formales y materiales a través de las cuales una idea artística irrumpe  en un espacio público. Esta propuesta relacional debe comprenderse desde un horizonte más actual, desde la crisis de sentido, la angustia que agobia la producción de imaginarios de aquellos artistas que militan dentro del arte contemporáneo. No es la primera vez que se relaciona de manera explícita el arte con la vida, pero quizá sí sea la primera en que el fútbol relaciona el arte con la vida.
 
Desde los imaginarios sociales y  culturales más populares, Güiza busca relacionar los esquivos y hedonistas agentes del arte contemporáneo, invita a los artistas a mirarse a sí mismos  desde lo más popular de la vida en acto: el fútbol. Quien no es capaz de comprenderse a sí mismo es incapaz de comprender a los demás. Güiza quiere comprenderse en sí mismo, en su diferencia; para ello cambia la bata de taller y se pone el delantal de Café público. Este tipo de ejercicios y prácticas invierte la pretensión europea. Lo desrelacionado no es la vida cotidiana sino los agentes del arte contemporáneo. Quien urge de duelo no es la vida cotidiana sino el artista contemporáneo. Mediante el juego del fútbol, Güiza pone en marcha una acción de duelo que busca recuperar la confianza tanto en el arte como en la cultura locales.
 
Espacio Blanco no impone una agenda artística a la ciudad. No se coloca por encima de la cotidianidad más inmediata. Al contrario, se pliega a la agenda cultural y deportiva del país. ¿Qué quiere decir que no se pliega? Quiere decir que reconoce una temporalidad viva que persiste en cada espacio aparentemente olvidado. El inconsciente no olvida. Siempre hace valer sus derechos en los espacios más significativos de la ciudad. Güiza sale al encuentro de ese arrebato inmarcesible que suscita la Selección Colombia en el Mundial de Rusia y lo pone a dialogar con problemáticas políticas y literarias. No traza una frontera entre el arte de élites ( a lo Versalles) y el arte popular ( a lo 20 de Julio). Al contrario, subvierte este orden ideológico.
 
Güiza instala un televisor de gran formato y dispone una silletería para que los visitantes hagan lo que más les guste, ya sea hablar de fútbol, de arte, de poesía o literatura, o de la cotidianidad. Testigos de este diálogo son un conjunto de propuestas que recuerda las luchas sociales en contra de los imperialismos. Güiza corrige la historia de las ideas estéticas y políticas: el imperialismo no es un tigre de papel. Al contrario, es cruel, traicionero y voraz. 
 
En general, Espacio en Blanco relaciona la vida cotidiana de un café bogotano con formas del arte muy sofisticadas en el aspecto conceptual y formal. A tal punto, que la cafetera y el dispensador de bebidas frías se contagian del sentido que rezuman los objetos de arte expuestos: piezas como la alegoría compuesta por un balón de fútbol, unos guayos y unos apuntes acerca de las Farc.
 
El próximo domingo 24 de junio a la 1 P.M. juega Colombia con Polonia. Espacio en Blanco estará abierto y usted podrá ver el partido allí con sus amigos o hablar de política o de la vida cotidiana, o simplemente tomarse un café preparado personalmente por este artista de acción, sin fronteras estéticas.
Espacio en Blanco se localiza en la carrera 6 No. 12-09.

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