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El lapsus calami del Mambo

No se trata de cualquier Museo, es la historia del arte moderno en Colombia. Sin esta historia, el arte contemporáneo se volatiza, queda expuesto como las basuras sin recoger que agobian Bogotá.
 
No es cualquier problema. Es el primer museo de Arte que tuvo Bogotá, no sé con precisión si Colombia (Liliana Cortes Garzón). Hoy hay dos más, el del Banco de la República y el del Minuto de Dios. Y paramos de contar.
 
Es cierto. Los espacios del arte colombiano son de elites y para elites, ideologizados y mal administrados, pero a través de ellos vemos cómo se piensa con imágenes en otros lugares diferentes a la Parroquia colonizada y recolonizada una y otra vez (Pedro Pablo Gómez Moreno).
 
En sesenta años, tres museos que llevan el nombre de Arte: un balance muy pobre para la ciudad capital y para el país. Hay ciudades importantes que ni siquiera tienen un Museo, el de Barranquilla se quedó en obra negra (Dylan Altamiranda, Osvaldo Cantillo, Roberto Rodriguez Osorio, Lenin Morón, Eduardo Rafael Berdugo Cuentas); el de Bucaramanga no tiene mucho qué decir o mostrar (Jorge Torres Gonzalez); el de Medellín no muestra la ciudad sintiente (Sol Astrid Giraldo Escobar, Julian Zapata Rincon, Teresita Rivera Ceballos); del de Cali poco sabemos en Bogotá, (Alejandro Martín Maldonado, Carlos Hoyos Bucheli, Alejandra Díaz Guzmán); el de Cartagena agobiado por la estética del espectáculo (Muriel Angulo, Rafael Escallón, Alexa Cuesta Flórez, Dayro Carrasquilla T); el de Pereira, no sabemos, quién sabe (Oscar Salamanca).
 
Si finalmente termina por caerse el Museo de Arte Moderno de Bogotá, esta empresa privada como hoy la recuerda Ricardo Arcos-Palma, pues no nos quepa la menor duda: su caida precarizará mucho más las condiciones para producir imágenes de hoy para las mujeres y hombres de hoy, el tipo de pensamiento que requiere toda persona, generación o época para no desaparecer.
 
Los ejercicios que tendrán lugar este fin de semana en el Mambo, son una prueba de fuego para la nueva administración del Mambo (Jaime Pulido). Veremos una generación poco vista en espacios como este (Hernán Piedra, Lina Nieto). Censurar alguno de estos ejercicios, será la lápida del Museo con epitafio incluido.
 
La imagen artística no sólo habla de hoy. Principalmente habla al futuro.

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