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Homenaje a Lady Zunga Typhoon Tacueyo, en Bogotá

De manera póstuma, el mundillo del arte colombiano aparentemente le da la bienvenida a Lady Zunga a su régimen de exclusiones y venalidades, ese régimen de marginalización que Lady Zunga siempre combatió de manera contundente, pero especialmente con coherencia. Digo aparentemente, porque este tipo de propuestas no suele ser recogida en la Historia Oficial que se construye en la Academia, y principalmente, en el Ministerio de Cultura.

Aquello que la tradición colombiana llama “velorio”, fue una fiesta en un espacio de entretenimiento, en ese tipo de lugares que son capaces de acoger todo tipo de contradicciones. Quizá por ello Lady Zunga los eligió para plantear lo mejor de su propuesta artística y estética bajo los protocolos del entretenimiento. Es mérito del entretenimiento suprimir las contradicciones, pero con sus performance, la artista las evidenciaba y potenciaba hasta hacerlas estallar. Su performance final hace estallar el mundillo del arte colombiano. Por lo menos, durante la velada del 10 de noviembre de 2017. Muestra con creces la hipocresía con la cual se modelan sus prácticas de circulación y algunas de producción. Evidenciar esta condición, hace estallar los convencionalismos de nuestras élites estéticas.

La noche comienza con una performance de la artivista Tina Pit. Durante la acción doble, la artista interpreta una de las performance de desidentificación de Lady Zunga. Simultáneamente, Pit se hace tatuar uno de los nombres con los cuales Zunga se parió y se construyó a sí misma. El gesto de Pit es una señal de duelo. Por medio de este tipo de gestos un doliente se identifica con la muerta. A lo largo de la jornada se aprecian otro tipo de “identificaciones” transitorias, como aquellas que viene realizando desde el mismo 10 de noviembre  Yecid Calderon, otro de los artivistas más coherentes con que cuenta el arte colombiano de hoy.

La fiesta “velorio” en homenaje de Lady Zunga plantea varios interrogantes. Con su muerte, la artista llama la atención hacia las prácticas de exclusión que padecen muchos y muchas artistas en Colombia, no solo por sus preferenciales sexuales. La exclusión estructura las relaciones del humanismo neoliberal que impera en Colombia.

La muerte de Zunga cuestiona ese régimen de aristócratas y de estetas que la invisibilizó y en ocasiones la censuró. Y que con seguridad, a corto plazo, la volverá a silenciar. Lady Zunga no tendrá un libro acerca de su historia financiado por el Ministerio de Cultura. Su muerte temprana ha consternado sinceramente a su círculo de amigas y amigos. La pena los ha reunido al rededor del mito que con su figura se comienza a gestar. Su legado de luchas apuntala el actual movimiento artístico que revoluciona las prácticas hipócritas que se aprecian en muchos espacios del arte institucional que opera en Colombia.

La fiesta “velorio” contó con una nutrida asistencia. Hicieron presencia muchos agentes culturales con los que con seguridad Zunga nunca tuvo trato, pero también muchas amigas que la amaron con sinceridad. Otros agentes culturales fueron más delicados: no fueron a presentar respecto por quien nunca respetaron.

Ladyzunga Typhoon Tacueyo, los que te apreciamos, aquelles que compartimos tus luchas, no te retenemos más. ¡Que goces ese estado que has conquistado! ¡Te lo mereces!

Agradecimientos: Katrina CordobaBilly Murcia, Tina Pit, Yecid Calderón.

Imagen: zapatos de Lady Zunga

 

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