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Diálogo con el lector Louis Larrota, a propósito de una intervención suya en Facebook

Señor Larrota: pese a evidencias en contrario —por demás ingenuas—, la producción artística comienza en el momento en que el pensamiento del artista logra penetrar el lenguaje común y lo transfigura. Para lograr este propósito se requiere pensar comunicativamente, idearse estrategias para alcanzar ese lenguaje tan esquivo que es la crítica. A nuestro modo de ver, esto diferencia al proyecto Curare Alterno del proyecto Aún. Comunicativamente, el primer grupo de artistas fue más eficiente y logra captar el interés de las redes sociales: nuestra realidad. El acierto de Curare es haberse conectado con un público amplio mucho antes de haber abierto su exposición. Por esta razón, en este espacio estuvimos inquietos por su proyecto y pendientes de todos sus movimientos.

Usted invita a mostrar madurez artística en las relaciones que regulan el Encuentro de los artistas colombianos. Acompañamos su clamor. Usted escribe con sosiego y ello facilita la comunicación. Los gritos con los cuales el público imberbe llama la atención sobre su propia mediocridad, no llevan a ningún lado. Nosotros mismos hemos sido acosados y amenazados con esta gritería. Matoneo es el término técnico de este complejo aleve. Sin embargo, note que usted mismo recurre a un lenguaje que muchos queremos dejar atrás. Somos muchos y muchas quienes nos resistimos a aceptar el “entendimiento de esta dinámica” del Salón, el funcionamiento de sus “roscas” y la imposición de sus “exclusiones”. Que las hay.

Para terminar, aclaramos que el problema que enfrenta a los artistas durante estas gestas, no son los artistas que son convocados, mucho menos los curadores que tienen la ingrata tarea de inventarse estos espacios. Hemos insistido que el problema que sacude el campo del arte actual (note que no dijimos “arte contemporáneo”) es el Dispositivo, lo que llamamos el Régimen Curatorial.  De él no son responsables los curadores de Aún 44. Víctor Albarracín y Guillermo Vanegas son reconocidos por sus luchas dentro del campo de este arte tan desdibujado por el mercado.

Finalmente, recomendamos ponerse al tanto de los procesos que desplegó Curare Alterno. Mucho antes de que se conocieran el tipo de estímulos diseñados para el 44SNA y las lista de sus favorecidos, los artistas de Curare Alterno ya sabían que no iban a ser parte del evento. No por culpa de los curadores. Insistimos: es el Régimen. Se trata de la mano invisible. Por ello mismo, se organizaron mucho antes de que se pusiera en marcha el Dispositivo del Salón. A nivel conceptual, es un error pensar que la estrategia expositiva de Curare Alterno es “un guiño evidente al mercado”. Todo lo contrario: muestra que el mercado se ha apropiado de la imaginación de los artistas. No creemos que las luchas que adelantan los maestros Oscar Salamanca, Libardo Archila y Luis Fernando Arango, sean mezquinas. La lucha por la igualdad de oportunidades jamás podrá entenderse como mezquina. Considerarlo así es un error político. Por otro lado, no reconocer la alegría que anima Curare Alterno, a nuestro modo de ver, es un error estético.

 

Fotografía: tomado del muro de Facebook del maestro Óscar Salamanca

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