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Con “e” de encierro

Excrito hace nueve años, con “e” de encierro, con “ex” de existencia, con preguntas de experiencia, con frases de exilio, con sensación de extrañeza. 

Facebook me recuerda que yo escribí esto. Sí, le respondo qué sí, que acepto mi responsabilidad. Reconozco en esta escritura mis preguntas, por su tono sé que estas son “mías”, por su asunto sé que responden a algo no evidente, por sus referentes me percato de que se trata de algo real. 

Lo evidente no es evidente del todo. Siempre oculta lo esencial. A cada paso aprecio huellas y fisuras que reconozco, leo nombres con quien he cruzado conceptos, ideas, problemas y situaciones. El olvido no olvida completamente, guarda sus marcas, deja algo a la vista así no lo veamos. 

En la parte final menciono a Pablo Batelli, pero con inquietud aprecio que con su nombre algo se me escapa. Los nombres cierran pero promueven fugas impredecibles. No recuerdo el contexto de este diálogo. Se ha fugado, por ello mismo todas las preguntas reclaman actualidad.

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Las cuitas del joven arte contemporáneo en Colombia

En este encerramiento mitológico tan debatido en su momento por Marta Traba, ¿cómo es posible hablar de arte contemporáneo en Colombia? La impresión que tengo es que los curadores-gestores han freído el cerebro de los artistas colombianos. No sólo eso. Como Hannibal Lecter, se lo están comiendo a trocitos. ¡Y ellos tan felices! ¡Da ternura este este espectáculo aristocrático, de Salón! Muy pocas ideas se ponen en escena en los “espacios de circulación” de nuestra gallarda elite comercial, o, como plantea Pablo Batelli, en la “teatralización”. Las pocas ideas que escapan al impulso mercantil que promueven nuestros gerentes de turno, se las reconviene mediante estrategias intimidatorias, victorianas. ¡Ay de los desesperados! ¿De vosotros será el reino de los cielos? ¡Dios no lo quiera!

Los artistas colombianos se quejan. Consideran que es una arbitrariedad crítica el que se insista en hablar de arte contemporáneo en Colombia. ¡Qué diablos es eso! ¡¿Cómo se lo come?! Tienen razón. Encerrados como estamos, cortándonos las orejas unos a otros, friendo el cerebro de nuestros artistas y sirviéndoselo a nuestros gerentes estéticos, ¿cómo es ello posible? He aquí cuando sale impetuoso nuestro lema nacional. Nadie sabe… No Responden… A nadie le importa… ¡Mientras nos sigamos lucrando de la corrupción que nuestra indiferencia genera! ¡Mientras reciba mi tajada! Mientras mantenga la certeza de que estaré en la lista de los elegibles a recibir los estímulos privatizados que graciosamente distribuye el Distrito Capital: todo está bien, todo está bien.

Y sin embargo, algo se mueve… Decía Galileo a sus detractores. Son las ideas que nos hemos atrevido a expresar en los medios alternos de comunicación. Sí, balbuceantes, pero efectivas, matutinos como el lenguaje de los niños. Primero vino Esfera Pública, luego llegamos con Liberatorio a equilibrar los sesgos en lo público. En estos espacios promovemos ideas para ponerlas no in situ, como suelen hablar mecánicamente nuestros gerentes estéticos de miradas finas, elegantes y estudiadas. Hablamos de ponerlas En Situación. Esto es lo que hemos querido articular en torno a la idea de arte contemporáneo: Estar en Situación. Ser parte del instante que arrebata la imaginación de los hombres y las mujeres.

Las marchas de los estudiantes universitarios son ejemplos de ese instante de emancipación, de revelación. Estar en Situación: reconocer que tú y yo somos iguales porque amamos la igualdad para la libertad. Que tus miradas finas, elegantes y estudiadas te hacen diferente, pero no mejor que nosotros. 

Estar en Situación: estar al tanto de que somos seres para la mercancía. Que nuestra contemporaneidad la anunciaron algunos artistas desesperados en los años 10 y 20 del siglo XX, allá en la Vieja Europa que exultante se solazaba en su Belle Epoque

Estar en Situación: desprenderse de la bestia, de la dictadura de los gerentes. ¿Es tan difícil comprender que hoy sólo valemos como mercancías? ¿Es tan difícil comprender esta bestia que día a día nos arranca las entrañas? Existen artistas que lo tienen comprendido a cabalidad. Pocos, pero los hay. Señor Pablo Batelli, ellos no buscan consensos. ¡No se deje hechizar por el lenguaje! Ellos son marginales. ¡Desesperados si usted quiere! Ellos van adelante con la historia de la emancipación humana. Los demás se han bajado de este flujo de pensamiento contemporáneo. Finalmente, es más cómodo. Por lo menos, más “elegante”.

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