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Alucinaciones producidas por bóxer

Si el arte se tratara de hablar por hablar diría mucho y nada, ejemplo que se ve a diario en millones de artistas que vinculan su obra a la pornomiceria, se vuelve así, cuando se apropia de la mal vista desdicha de ciertos grupos humanos y la venden en forma de imagen, pero cuando es introducido el discurso este arte se salva pues evoca un problema social que incumbe a todo el personal como sociedad.

El tema de consumo de bóxer o “sacol” se vive y se ve a diario en nuestra cotidianidad colombiana, considero más allá que sea una causa del desempleo, la violencia y la pobreza de esta supuesta civilización, como el acto decadente de resistencia ante el consumo , ante la industria, ante el imperio, una degeneración provocada por un ambiente degenerado. Humildad embotellada en un frasco de plástico. Esta sustancia utilizada no solamente en prisión si no en cada esquina de esta calle prisión, es consumida por medio de la inhalación, esta entra en el cuerpo y afecta los sentidos creando alucinaciones, escenas de distracción ante seguramente una historia destruida. El consumo de sacol está dominado por un alto porcentaje de niños, es entonces cuando Restrepo manda su propuesta o intervención ante el “Luis Caballero” , “Figuritas en el suelo” que es merecedora de este premio quizás no por su destreza en el arte pues este ingeniero hasta ahora comienza su proceso artístico. Sin embargo lo salva  aquel discurso de lo carnal del ser plasmado en imagen de huellas que en las bolsas sacoleras de niños son ejemplo de aquella marca que deja aquella sustancia en la vida de los consumidores, eso en cuanto a las fotografías instaladas que complementan concepto a lo largo de la galería. Respecto a las instalaciones tridimensionales que a pesar du su majestuosa simplicidad van más allá de lo estético, de la imagen, pues el estigma se transforma en metáfora enriquecido por esas máquinas de humo que finalmente terminamos siendo nosotros reales imágenes interponiéndonos un mensaje de vida de cómo inhalamos y votamos la vida efímera y repetidas veces , de cómo tenerlo todo y perderlo en menos de un segundo, en menos de un suspiro, de cómo los recuerdos vivencias y torturas mentales es realmente lo que nos entretiene que resulta siendo las alucinaciones  lo que nos mantiene vivos. (Espejos visuales, carnales y espirituales).

Para concluir, no me parece una idea innovadora, ni deslumbrante, para la temática.  Logra atrapar la mente del espectador a pesar de que asuntos como el espacio y la música de fondo le hayan favorecido sin estar preconcebido pero es un ejemplo del magnífico arte simplista pero contundente colombiano maximizado por el concepto  e impulsado por la misma problemática que se ve a diario en nuestra señora patria.

 

Fotografía: cortesía de Camilo Restrepo

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